El Anticristo dominicano

Que haya una cantidad abrumadora de películas del mismo género y casi idénticas nunca ha frenado a los grandes productores de Hollywood para seguir produciendo todo aquello que dé dinero. Con El heredero del diablo tenemos un buen ejemplo, en este caso de cómo el uso del llamado metraje encontrado y las películas de posesiones demoníacas fusionados sigue siendo un negocio rentable para la industria.

En el film, Sam y Zach son una joven pareja de recién casados que decide irse de viaje de luna de miel a Santo Domingo. Allí, en una noche de borrachera, acaban en una especie de ritual satánico del que no recuerdan nada. Cuando vuelven a casa, ella está embarazada. Sin embargo, lo que debería ser un motivo de alegría acabará amargándoles la existencia.

Como se habrán imaginado, no aporta nada nuevo, pero ayuda a seguir demostrando que la cámara en primera persona sigue funcionando para hacer un terror mínimamente decente. Es cierto que bebe de películas como Paranormal Activity, pero puede decir orgullosa que supera con creces a la benjamina de esta saga. Además, goza de una buena realización y sus momentos de excentricidad y locura son muy disfrutables, ya que no se toma demasiado en serio a sí misma. Por ello, es una pena que el final sea excesivamente estúpido y convencional, aunque sigue resultando un entretenimiento ligero en un mundo lleno de films de exorcismos de pacotilla (véase El último exorcismo 2). En definitiva, podría haber sido peor, si tenemos en cuenta que, en la película, un bebé aún no nacido deja a los móviles sin cobertura y hace sangrar a siervos del señor por la nariz.