Ver una peli de Macedonia del Norte no deja de ser curioso
Crítica de 'Dios es mujer y se llama Petrunya'
03 feb 2020
Con spoilers
Petrunija (Zorica Nusheva) es una licenciada en historia, que no encuentra trabajo y sigue soltera a los treinta y tantos.
Sus padres no son modelos de condescendencia, ni de comprensión.
Vive en una sociedad (se desarrolla en Macedonia del Norte) machista, donde las tradiciones ancestrales religiosas ocupan un importante papel.
Al rededor de Petrunya desfilan y circulan personajes muy variopintos que terminan reflejando cómo es esta comunidad.
Es un dramón, pero con un tono, un fondo cómico, que ayuda a suavizar su visionado.
Su permanencia en la comisaría le abre una puerta a la esperanza, al amor.
Podríamos decir que es un cuento moral costumbrista.
A mí me ha atraído especialmente su rareza.
Ver una peli de Macedonia del Norte no deja de ser curioso.
Mi puntuación: 5,98/10.
Crítica eCartelera
'Dios es mujer y se llama Petrunya': La revolución en un pequeño gesto
Críticas de los usuarios
holasoyramon
Petrunija (Zorica Nusheva) es una licenciada en historia, que no encuentra trabajo y sigue soltera a los treinta y tantos.
Sus padres no son modelos de condescendencia, ni de comprensión.
Vive en una sociedad (se desarrolla en Macedonia del Norte) machista, donde las tradiciones ancestrales religiosas ocupan un importante papel.
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Críticas de los medios
Screen Daily
Petrunya tiene cuidado de mantener el equilibrio ideal, parodiando la respuesta ridícula a su protagonista pero nunca minimizando su realismo.
Variety
Esta sátira balcánica se posiciona como un grito feminista ante la Macedonia patriarcal, aunque su atropellado final rebaje su postura anti-patriarcado.
The Guardian
Lo que comienza como una inspirada, ácida y visualmente rompedora sátira acaba desinflándose en su segundo acto para convertirse en algo poco convincente, inmaduro y dramáticamente redundante.
The Hollywood Reporter
No hay errores en el odio tan serio que motiva el asalto de Petrunya a los valores sexistas y retrógrados que siguen existiendo en las áreas provinciales de Macedonia, pero expresarlo en términos tan torpes no sirve de mucho a la causa.