El segundo largometraje del director norteamericano Riley Stearns nos sitúa en la actualidad. La historia relata la situación de Casey, interpretado por Jesse Eisenberg, un joven solitario y tímido que una noche es atacado por un grupo de motoristas que le atracan y le mandan al hospital debido a la agresión sufrida.

Este hecho provoca que el protagonista quiera dejar atrás sus miedos y dar un paso hacia delante para, en este caso, entrenarse en la defensa propia con el fin de que esto no vuelva a ocurrir. De hecho, más concretamente se apunta a una clase de karate.

El profesor no será otro que Sensei, interpretado por Alessandro Nivola, un carismático y misterioso karateka que le ayudará a superar sus miedos y a aprender a defenderse mediante unos métodos tan introspectivos como extravagantes.

En una mezcla entre humor negro y el absurdo, enseguida la película muestra cómo el profesor no está tan de acuerdo con la violencia como se presupone y Casey emprenderá un viaje de conocimiento a sí mismo y de lo que sus nuevas lecciones están significando para él.

Sensei terminará enseñándole mucho más de lo que había pensado en un principio, siendo la violencia el último recurso de sus clases.

El reparto lo completan actores como Imogen Poots, Steve Terada y David Zellner.