La maestría de Christopher Nolan

Tras una primera parte que no despertó empatía en mí, Christopher Nolan dio a entender con The Dark Knight que su proyecto iba más allá de la seriedad. Porque con esta segunda parte, el director de origen inglés puso de manifiesto aquellos intenciones que aprobó con certeza en Batman: Begins. Y he aquí un punto a tener en cuenta, particularmente basándome en mi opinión, que a pesar de ser Batman: Begins una película de no tanto revuelo, presenta una adecuada historia al personaje, tras un elenco de alta categoría y un guión acompañado a la par.

The Dark Knight podría ser considerado, por lejos, como el film de mayor ambición de Nolan. ¿Por qué? Pues porque estamos tratando con un personaje que engloba históricamente el cómic, uno de los máximos exponentes a la hora de hablar de dicho tema, y de más no está decir que las historias de superhéroes no suelen tener un acompañamiento fiel para con la crítica. Por mencionadas razones, es que Nolan se exponía profundamente a un proyecto de ambición, pero firmemente comprometido -y se nota- en su idea.

Para comenzar, quiero decir que The Dark Knight es una perla gracias, principalmente, a la maravillosa dirección de Christopher Nolan. Es que desde un comienzo bastante prometedor notamos en The Dark Knight un reparto de lujo, probablemente de los más eficaces dentro del género.

Y como por arte de magia, el tono de la cinta nos va dirigiendo, a través de un ritmo muy lento, hacia una trama que desencadena fuertes lazos entre personajes, y en dónde cada uno cumple el rol de ser protagonista dentro de la historia. Es decir, que no sólo Bruce Wayne/Batman posee la importancia primordial. Todos adquieren una poderosa aparición gracias a un guión y un armado de escenas excelentes. Pero Nolan deja notar aquí su falencia a la hora de sumergirse de lleno -y cuando me expongo a decir "de lleno", lo digo con absoluta firmeza- en una densidad de diálogos que llevan repentinamente a perdernos en la trama. Pues esta presenta distintos enfoques, y pueden presentarse algunas confusiones por momentos.

Por otro lado, cuando hablamos de presencias destacables, no hay dudas de que la punta del iceberg que brinda una estabilidad esencial en el film es, ni más ni menos, que Heath Ledger. Su papel como The Joker es realmente extraordinario. Quizá no haya triunfado en el aspecto de sacar todas las características de este villano, pero en las más fundamentales, Ledger logra de éste, un personaje psicótico, peligroso, ambicioso e improvisador. Y es que pareciera ser que es el mismo Joker quien le da ese toque serio y dramático a cada escena de la película. Es como si la misma necesite de su presencia para adentrarse en un ámbito sin igual, donde por fin vemos un antagonista de fuertes intenciones, de poderosa personalidad, quien se roba -intencionalmente- el protagonismo absoluto en cada aparición.

Ahora bien, no hay Joker sin un Batman, así como viceversa, no hay Batman en esta cinta sin un Joker. Es este último quien desata cada nudo en la trama, así como es Batman quien lo afronta. Y quiero resaltar que, por más buen resultado que haya en cada aspecto a destacar, las intenciones del Joker de "querer ver a una ciudad ardiendo" a veces puede parecer un tanto melodramática, así como ridículo y hasta "antiguo". Pues, a mi manera de verlo, son muy pocos los motivos que precisa el Joker para hacernos pensar por qué necesita ello para satisfacerse.

Aun así, es la fantástica actuación de Ledger la que nos "traga" por completo sus objetivos, y quizá, su desconocido origen el que nos deja creer que sus intenciones pueden llegar a tener un cruel sustento en su mente.

Pero tras lo dicho, quisiera repartir un poco del notable resultado de esta cinta, a la gran dirección de Nolan. Su magia reside en el logro de llevar a cabo una historia de un héroe que pueda dejar de lado transitoriamente los efectos visuales y repentinas batallas contra el mal, para centrarse en una trama original, de compromisos mayormente guiados por una realidad que, a la vez, logra encontrar sus pequeños retoques de fantasía.

Porque The Dark Knight es una película seria, de índole adulta, que se destaca primordialmente por contar con todo lo dicho, pero con una profundidad envidiable para cualquier otro título superheróico. Y es que el mayor mediador de esto, es en sí Batman, quien tras su oscuridad y remordimiento, permite desenlazar todas las mencionadas características que, acompañadas de un Heath Ledger firme, un Gary Oldman brillante, un Aaron Eckhart que hace notar la imposibilidad de su ausencia, un Morgan Freeman siendo simplemente Morgan Freeman, un Michael Caine excepcional y un Christopher Nolan que acertó en cada papel del que se desarrolle; todo ello, guiando a The Dark Knight a convertirse en un aclamado film que resalta los puntos claves de que cada personaje, y los lleva a ser parte -absolutamente a todos- de una historia, hasta el momento, sin igual en el género.

"Imprescindible"