Producción irlandesa que va y viene. Con tramos buenos y un final sorprendente.

Película irlandesa que viene abalada con numerosos premios y reconocimientos. La película nos cuenta el día a día del sargento de policía Gerry Boyle interpretado magníficamente por Brendan Gleeson. Es policía de un pequeño pueblo marítimo de Irlanda en donde no ocurren demasiadas cosas; al pueblo llega un nuevo compañero, un joven novato que viene de Dublin y que poco a poco irá conociendo a Gerry, ya que Gerry tiene un carácter muy particular, una forma de ser algo agria y desagradable, siempre de mal humor. Encuentran un cadáver con una maceta de flores en las manos y con páginas de la biblia en la boca; a partir de ahí comienza toda una investigación para intentar resolver el caso. Pero detrás de todo hay toda una historia en la que hay narcotrafico, chantaje y toque de humor negro. Creo que la película no es mala y se va llevando bien, aunque he notado que la trama va demasiado deprisa; no hay acción, pero si diálogo entre ellos, se van contando sus historias y sus vidas. También pienso que en vez de centrarse en el caso la película se pierde mucho en conversaciones que no tienen demasiado que ver con el tema principal. Ahhh se me olvidaba deciros que al pueblo también llega un agente del FBI, Wendell Everett que es Don Cheadle y que no lo hace nada mal, creo que hay buena química entre ellos aunque la película en su camino pierde fuerza. Tiene puntos de comedia aunque es un humor muy particular que no gustará a todo el mundo. Lo mejor sin duda es el trabajo de Gleeson y Cheadle, y una recta final que deja al espectador bastante tocado; un final muy sorprendente la verdad.