
Favreau buscó lo más vital y lo consiguió
Sin spoilers
Casi 50 años del clasicazo que se marcó Disney en el 67 y Jon Favreau director amado/odiado a partes iguales por sus relativos éxitos y sus fracasos nos ha devuelto el espíritu de esa preciosa y encantadora cinta de animación donde aquí los tiempos van cambiando y también el enfoque entonces Favreau aunque no tiene un estilo propio se ha aferrado bien al material de origen deleitándonos de unos paisajes visuales de CGI maravillosos y de unos personajes realmente simpáticos. El tono de la cinta es diferente al musical que contaba en el 67 y aunque aquí tiran de sus dos canciones más famosas, las dejan más en segundo plano como Fan Service más que como elemento imprescindible. Se adaptan a los tiempos y elementos tan graciosos como los elefantes y los buitres o la serpiente quedan en un plano muy muy secundario aunque reconozco que tienen su significado en esta cinta. Con un enfoque más adulto y familiar que infantil y más serio que cómico como veíamos con anterioridad, vemos más profundidad en los personajes, más realismo en cada situación en los actos de Mowgli donde vemos a un chaval realmente inteligente y valiente. Plasman la historia ya conocida con algunos cambios y funciona. La emoción abunda en esta cinta donde nos han devuelto a la niñez para quedarnos ya que la historia no termina y tendremos Mowgli para rato o eso parece tras la taquilla conseguida. Disney lo ha vuelto a lograr como lo hizo el año pasado con Cenicienta, aferrándose a lo original y siendo fieles, el público estará contento si conocen la historia, con mucha inteligencia y soltura nos encontramos ante un blockbuster absorbente y encantador. Muy probablemente se lleve el oscar a los efectos visuales y bien merecido. Con ganas espero la secuela. Notable.
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