Cantautor cinematográfico
Crítica de 'El otro lado de la esperanza'
24 sep 2017
Sin spoilers
No soy un admirador del cine de Kaurismäki pero veo todas sus películas con mucho respeto por dos razones: Ha conseguido un lenguaje propio y sus historias siempre respiran una profunda compasión por los seres humanos desfavorecidos, marginados y un tanto al margen casi siempre de esta insaciable sociedad que no da nada sin alienarnos cada vez un poco más.
Pero yo voy al cine a emocionarme, a empatizar con los personajes de la historia o a admirarme por sus vicisitudes y con la forma de narrar de Kaurismäki me siento como si estuviera bailando con una mujer que me estuviera pisando continuamente y a la que no soy capaz de seguir el ritmo.
Porque ritmo narrativo no hay en el director finlandés. Pone escenas con intenciones un tanto infantiles en un momento dado, en otro hace un homenaje al cine de Tati, en otro se vuelve irónico, en otro nos muestra algo más propio del cine barato de la Mafia, en otro se pone trascendental y trágico y nos muestra como se rompe un matrimonio de la manera más cruda y así no hay manera de conectar con la historia que en este caso trata de las aventuras y desventuras de los refugiados de ahora (Siria e Irak) por Europa, y más en concreto en Finlandia.
Con unos personajes que parecen de cartón piedra, o robots, más próximos a las mascaras del teatro griego o japonés, más cerca del símbolo que de la persona, igual buscado conscientemente pues no en vano forman parte de este planteamiento cinematográfico unos planos largos, sin casi dialogo y unos actores a los que más de una vez les tiene que haber dicho Kaurismäki
- Al que interprete, lo despido.
Pues tenemos una película, otra, con muy buena intención social, muy original pero de escaso valor artístico.
No entiendo a que vienen tantos premios.
Kaurismäki es en el cine como en la canción esos cantautores muy reivindicativos, con letras muy peleonas y voz muy personal pero que de música nada de nada.
De todas formas iré a ver la próxima que haga. Llámenme masoquista si así lo desean.
http://cadasegundoajeno.blogspot.com.es/2017/09/el-otro-lado-de-la-esperanza-de-aki.html?zx=f3797d4f9c6b1623
Crítica eCartelera
'El otro lado de la esperanza': La exhalación del refugiado
Críticas de los usuarios
Cinefiloman
No soy un admirador del cine de Kaurismäki pero veo todas sus películas con mucho respeto por dos razones: Ha conseguido un lenguaje propio y sus historias siempre respiran una profunda compasión por los seres humanos desfavorecidos, marginados y un tanto al margen casi siempre de esta insaciable sociedad que no da nada sin alienarnos cada vez un poco ...Leer más
Críticas de los medios
The Telegraph
Como guionista, Kaurismäki tiene un don precioso para las bromas que funcionan maravillosamente en cualquier idioma.
Indiewire
Encantador, dulce, y a menudo muy divertido, "El otro lado de la esperanza" es más que lo de siempre de Kaurismäki.
The Hollywood Reporter
Kaurismaki siempre ha tenido una habilidad incomparable para presentar cuestiones sociales urgentes en su inconfundible cosmovisión con resultados ricos
Cinemanía
El menú de Aki Kaurismäki es siempre el mismo, pero no hay nadie que guise igual y lo sirva en un local tan distinguido como él.
Fotogramas
El cineasta finés construye una fábula sin moralina, que cuenta la situación de los refugiados al llegar a Europa sin cargar las tintas, apoyándose en la calidez de sus lacónicos personajes.
The Guardian
La película es diabólicamente divertida, está económicamente construida y ha sido decorada con la sombría paleta del director"
Variety
Aki Kaurismäki ha hecho su versión de una película de los noventa de Jim Jarmusch, aunque debajo de las peculiaridades herméticas el tema no podría ser más oportuno.
El País
El otro lado de la esperanza no es mi kaurismäki favorito, pero sí una película insólita, agridulce y bonita. Como en la excelente Le Havre, este amante del vino y de las personas sin estrella vuelve a hablar de los refugiados, de los que han perdido todo o casi todo aunque no pueden renunciar al instinto de supervivencia.
El Mundo
De nuevo, el resultado es una película tan cautivadora como cruda, tan desesperada como, ya puestos, necesaria