
¿Qué más se puede decir?
Sin spoilers
Ayer ví esta PELÍCULA y, salí entusiasmada del cine. Hace tiempo, mucho tiempo que no me conmovía tanto una historia pero no sólo por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta. Es un ejemplo de todo lo que una película de mi gusto debe tener: argumento interesante e intrigante, interpretaciones maravillosas, tempo adecuado, imágenes evocadoras, música que acompaña y se integra sin robar protagonismo ni molestar, parte misteriosa dosificada a la perfección, humor, amor, ternura y golfería,... Redonda. Absolutamente todos los actores bailan al compás de un guión lleno de inteligencia y cuidado sin perder el paso. Un ejemplo estupendo de como 128 minutos pueden disfrutrarse, devorarse y pasar delante de tus ojos dándote infinita pena que terminen cuando lo que tenían que contar lo cuentan y, cierran la puerta para que los personajes comiencen en privado, una nueva vida que sólo les incumbe a ellos. Pocas veces me ha producido tanto orgullo patrio comprobar que, menos mal, de vez en cuando el dinero de las subvenciones se emplea en algo que realmente, lo merece. Así da gusto. No estoy a favor de subvencionar el cine porque pasa lo que pasa... pero ya que no puedo evitarlo y es así, me guste o no: al menos esta vez ES DINERO BIEN INVERTIDO.
Fantásticos los diálogos de la primera parte, en los juzgados cuando nos presentan a los personajes y nos van introduciendo en la historia ¡cómo me reí! Geniales los actores del trío protagonista, los demás también pero Benjamín, Irene y Sandoval: ¡chapeau! Me ha gustado que siendo tocados muchos temas, no hayan caído en la tentación de hacer de la política el núcleo del argumento. Tiene la importancia que merece, no más ni menos. Del asunto terrible de las desapariciones ya se han hecho y harán muchas cintas pero, en esta, no dejan que esta trama reste importancia a las otras que, en conjunto, conforman un artículo de lujo escaso en estos días tan dados a la producción de bodrios con cualquier excusa: la política, la provocación excesiva y el absurdo. Está bien recordarnos lo que ocurrió pero esta manera de hacerlo es igual de efectiva y encima toca otras varas de manera absolutamente genial.
Hay una cosilla por ahí que sin dejar de ser una anécdota, podría ser un fallito mínimo: a todos los personajes se les ha caracterizado para que se note que han pasado 25 años...¿por qué no al "becario" del juzgado?¿Por qué está exactamente igual que lo estaba en el pasado: jovencito con aire de pipiolo? Si era para enfocar la idea de que siempre hay un chavalín haciendo sus primeras prácticas...¿no se hubiera conseguido poniendo a OTRO actor jovencito y no al mismo que aparecía en las escenas de 1974/75?
Quizás mi nota pueda verse como excesiva, vale, lo acepto pero es que me ha parecido eso, excesivamente buena ;)
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