Algo cansina, sin mostrar gran cosa y bastante lenta, pero tiene un toque extraño que la hace atractiva.

Elephant es una película de Gus Van Sant que fué estrenada en 2003 con críticas bastante buenas y que obtuvo la Palma de Oro y el Premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes de 2003. Además es producida por HBO Films

Solo con ver eso no me lo pense dos veces, y al ver que la película se basaba sobre la masacre del Instituto de Columbine de 1999, me dispuse a verla.

Tras una hora y veinte minutos de película me dije como este film había ganado esos premios, porque es una historia tan seca y lenta que parece que la película dure dos horas (y no llega ni a hora y media). Ahora bien, la película tiene un atractivo extraño, porque a pesar de ser lenta y no entretener demasiado, muestra las aulas tal y como son. Es decir, muestra los problemas de los jovenes de un modo especial y real, y además se tratan temas como la homosexualidad, la frustración...

No tiene que digamos un argumento fijo. El tema de la masacre no es tratado de la forma que yo me esperaba y eso me ha decepcionado bastante. La película no ofrece el tiempo suficiente al tema, y no explora demasiado (o yo no he entendido bien) a los dos jovenes que perpetraron la masacre.

En el reparto no hay nadie conocido, pero los actores hacen bien su trabajo. Las actuaciones son bastante naturales y normales, y eso se aprecia bastante.

En la parte técnica, se nota mucho que es cine de autor. Gus Van Sant plasma su idea de una forma seca como ya hizo un año antes con la película Gerry, que fué protagonizada por Matt Damon y Casey Affleck. Muchas escenas de Elephant son movimientos de cámara siguiendo a algún personaje clave que tendrá bastante importancia, y aunque los ángulos y los movimientos de cámara estén bien, no hacen una película muy llevadera.

El guión (también escrito por Gus Van Sant) no está mal, pero no es tampoco una maravilla. Es natural eso si, pero de todos modos apenas hablan en toda la película.

En definitiva, que deja con sabor agridulce, y no es para darle los remios más importantes del festival de Cannes. Pero tampoco es una mala película. Depende de la persona, ya que hay que saber que Gus Van Sant tiene un estilo muy propio.