
Good morning Irak
Sin spoilers
Creo que "En tierra hostil" está un tanto sobrevalorada, con puntos de maniqueo y cierto tufillo patrio hacia los marines desplegados en Irak.
Sorprende que el film sea realizado por una directora -y lo digo en tono admirativo-, en un coto que parece reservado a lo masculino; pero es Bigelow, y ella hace tiempo que marca músculo solita.
Estamos en la era Obama, y parece que en el mandato, va implícito que a partir de ahora, todo son actos de buena voluntad, redenciones e intentar enmendar el mal provocado. Pero a la vista está que el panorama dista mucho.
El impresentable mandatario anterior, ése genocida de sonrisa simiesca, que se ha retirado a jugar al golf en su rancho, cómo si nada hubiese pasado y, que para más desvergüenza internacional, no se ha sentado, ni lo hará, para dar una maldita explicación por sus actos.Comenzó su cruzada personal contra todo aquél con turbante en la cabeza o pañuelo de cuadros que se preciase, como símbolo del mal que acaecía el mundo. Se consideran cristianos renacidos, por mi, que los dejen a todos muertos.
Pues el analfabeto de George Bush y todas sus aves de presa y carroña, se liaron con dos guerras, que la de Afganistán va camino de los diez años -casi tanto como Vietnam-, y la de Irak pronto cumple siete, demasiado tiempo...
La primera nadie dijo nada, estaba harto justificada, habían atacado en un acto infame al país de la eterna libertad y democracia, era necesaria la represalia. Pero nadie o casi, alzó la voz para pedir explicaciones ante las causas que llevaron a la familia Bin Laden, a atacar el once de septiembre el suelo americano. O los años de tratos empresariales con la familia Bush.
La segunda guerra, Irak, se la sacaron de la manga en aras de la libertad del pueblo iraquí, en un acto bochornoso en pleno siglo XXI, ante ése comité que no previene ni para nada: la ONU. Y todos a callar, mientras el país abusón, auto-proclamado libertador y policía mundial, desplegaba su maquinaria de guerra, auspiciada por una mentira de proporciones bíblicas, amparándose en no sé qué armas de destrucción masiva, que, a día de hoy, jamás han sido halladas. Como en las películas de atracos, al final era tan sólo un vulgar robo: el petróleo.
Digo todo ésto, porque me molesta sobremanera, todos los films que ante un conflicto, son sacados para mayor gloria del bando más fuerte o vencedor. Pasó después de la segunda guerra mundial, hasta que se revisitó y la contienda mostró ambas partes. Lo hizo Vietnam, declarada la primera guerra mediática.Y, en contadas ocasiones: la primera guerra del golfo, caso de Jarhead (2005,Sam Mendes).
Ahora le toca a Irak. Y éste film de Kathryn Bigelow juega del bando fuerte. No niego sus virtudes, que son muchas cómo: puesta en escena; temática distinta y atractiva; ritmo de muchas secuencias; su forma de filmarla; reparto, etc. Pero, le noto ecos del "Black Hawk derribado" de Scott; estética de documental como el "Redacted" de Brian de Palma, y nada de preocupación por lo que acontece en el otro bando.
Al igual que Vietnam, han invadido un país que no los quiere. Bigelow no justifica el por qué de ésos hombres capaz de inmolarse o colocar trampas explosivas; del conflicto de las propias etnias aprovechando su intervencionismo, etc. Su discurso se centra en los devenires de un grupo de artificieros que en cada misión se juegan el tipo. Punto. Entre medio algún anhelo típico de los soldados perdidos entre tanta barbarie, desahogos propios de Jackass y escaramuzas con insurgentes para dar cabida a algún actor de renombre, caso de Fiennes y Pearce. El resto ya lo hemos visto antes.
Como apunte final, comentar que ésta edición de los Oscars, se va a caracterizar por nominar trabajos sobrevalorados, caso del ex de Bigelow, tito James Cameron, Malditos Bastardos, Precious, Up in the air..., que sin ser malos, denotan lo dicho antes, la era Obama y el buen rollito esperanzador ha llegado también al cine.
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