
El tiro por la culata
Sin spoilers
Para empezar, hay que decir que la historia que nos cuenta 'Escuadrón Suicida' no hay por dónde cogerla. Las cosas como son.
El principal problema de la cinta radica en algo tan primordial como lo es el guion, que en este caso viene repleto de lagunas y que está firmado por el propio David Ayer, a quien al parecer se le ha dado la suficiente carta libre como para que su trama saliese adelante, donde sus personajes son de todo menos carismáticos y el intento de drama personal en alguno de ellos está dibujado a base de tópicos que no interesan. Se dijo que el tono de 'Escuadrón Suicida' se acercaría al de 'Guardianes de la Galaxia' o 'Deadpool', los títulos de Marvel y Fox que han despuntado del resto de producciones de cuyo universo fílmico forman parte, pero las comparaciones son odiosas, así que mejor no seguir hurgando en esa llaga.
Will Smith ejerce (comos siempre) de él mismo, y eso no es ni bueno ni malo, tan solo es Will Smith preocupado por ser Deadshot, el mejor francotirador del mundo con el pertinente corazoncito presentado a base de flashbacks edulcorados con el fin de empatizar con su personaje (porque ya se sabe que si haces una película con supervillanos, la única forma para que el público se vea reflejado en ellos es plasmando sus dramas personales). Margot Robbie hace suyo el personaje de Harley Quinn, supuesta estrella del film que puede traspasar la frontera del histrionismo y a la que es igual de fácil amar como de odiar. Por su parte, Jared Leto se había presentado como una de las grandes máximas en este 'Escuadrón Suicida', pero visto que su aparición en pantalla no supera los diez minutos y que su subtrama podría perfectamente no estar y nada quedaría alterado, es mejor olvidar toda la campaña de marketing que se ha hecho entorno a él y su caracterización del Joker, que cumple como guiño al espectador, sin más.
Por suerte, están Viola Davis y Joel Kinnaman para levantar el entuerto. Ella para meterse en la piel de Amanda Waller, la verdadera bitch queen de 'Escuadrón Suicida'. Él, para liderar a la panda de maleantes como Rick Flag, uno de los pocos personajes detrás del cual se nota que existe cierto trabajo de creación. Jay Hernandez sorprende en el personaje de El Diablo, pese a que se opte por otorgarle profundidad de un modo tan superficial y banal como a Deadshot. ¿Y qué hay del resto? Katana (Karen Fukuhara) es un par de anécdotas, Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje) gruñe un poco, Capitán Boomerang (Jai Courtney) acaba convertido en un chiste y de Slipknot (Adam Beach) mejor no decir nada.
Finalmente, Cara Delevigne está aquí para demostrar al mundo de que lo suyo no es la interpretación, así que esperemos que los estudios tomen nota, porque pese a que en una primera impresión su interpretación de June Moon y su álter ego La Encantadora puedan parecer de lo más sugerente del título, llegará cierto momento en que su presencia en pantalla se verá impregnada de un aura de vergüenza ajena que bien podría haber estado motivada por el mal hacer de un David Ayer en horas bajas o porque el misticismo de su personaje se le subió a la cabeza.
Presentación de personajes (solo de algunos -los que cobraron más, supongamos-) a base de temazos, una trama confusa y que se toma demasiadas licencias, cameos metidos con calzador y cierto tufo a creerse más molona de lo que realmente es, convierten a 'Escuadrón Suicida' en un quiero-y-no-puedo hecho con prisas y cuya única finalidad es la hacer caja sin importar que se le esté tomando el pelo al espectador. Al menos no se hace pesada y se deja ver (en el caso de que entres en su juego). Lo bueno es que dentro de dos meses nadie se acordará de ella.
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