Estamos hechos para entendernos

Antoine parece no hacer caso a nada ni a nadie. Ejemplo de ello son sus alumnos, sus compañeros, sus amigos, sus colegas de trabajo o sus amantes, quienes le piden más atención y le recriminan su falta de concentración y empatía. Aunque sí que hay una buena razón para que Antoine no escuche a nadie: aunque aún es joven, ha perdido mucha audición.

Un día Claire, en busca de paz y tranquilidad, se van a vivir a su edificio con su hermana y su hija por una temporada tras la muerte de su marido. Antoine no es el mejor vecino del mundo ya que debido a sus problemas de escucha en su piso pone a todo volumen música estridente y tiene un despertador que suena sin parar. Sin embargo, parece que ambos están hechos el uno para el otro.

Según el director, protagonista y guionista de la película, Pascal Elbé: "El reto consisti?a en encontrar una historia que no desembocara en un mero relato cli?nico de la vida de una persona con discapacidad auditiva. En la novela 'La vie en sourdine' se da cuenta de una situacio?n que conozco bien, pero que consigue construir una narracio?n universal.

Mi historia en la peli?cula ha tomado el cara?cter de una comedia roma?ntica. Aunque... no se? realmente lo que signi ca ?roma?ntico? a nuestra edad. Es la historia de un encuentro. Mi peli?cula es una comedia de encuentros".