Algunos quieren algo

No me encantó Everybody Wants Some!!. La razón es muy simple: no me vi representado en ella. Sé que no todas las películas tienen que hablar de ti para que te gusten, y un cineasta en 2016 no está obligado a abordar las conversaciones coetáneas. En EWS no hay ningún tipo de intención de hablar del feminismo y la diversidad, problemas globales, ni la discusión sobre la raza, las armas, la desigualdad de clase o cualquier otra de las muchas grietas que componen el paisaje norteamericano actual (y del último siglo, vaya).

A ver, Linklater tampoco lo hizo en otras pelis suyas que sí me han gustado mucho (Antes de..., Boyhood). En todas ellas habla de un tema o experiencia que puede vivir una persona (que cumpla determinadas características limitadoras), en algunas partes del mundo y un punto exacto de su recorrido vital. En este caso: la transición del instituto a la universidad de un hombre blanco heterosexual, que gozaba de popularidad en el microorganismo que acaba de abandonar y que además es deportista.

Obviamente EWS no habla de mí, en la mayoría de sus momentos, y aún así he encontrado algunas escenas muy disfrutables, algunos speechs, algunos personajes a los que entendía.

A mitad del metraje, hay algo de deconstrucción, el protagonista admite que está sintiendo una crisis de identidad (aquí, en estos principios de la veintena, sí me reconozco; aunque el camino que seguirá este individuo y el que estoy recorriendo yo serán muy diferentes, el punto de partida es el mismo).

Luego, Linklater vuelve a la autocomplaciencia, creo que hay más bien trazos pero no un deseo real de analizar y criticar ese status quo que muestra, el de los (¿ex?)bullys, futuros jefes de empresas, padres de familia, votantes, ciudadanos de clase media-alta como mínimo que encuentran en una institución, en una experiencia vital y en una etapa muy importante y definitoria de sus vidas mucho apoyo y muchos referentes que seguir (de los cuales, Linklater prefiere pasar y mostrar solo las fiestas, ni siquiera lo más turbio y extendido de ellas, las violaciones, la presión social, las relaciones tóxicas).

Al final, EWS es una comedia romántica generacional en la que por lo visto muchos críticos estadounidenses se han visto reflejados y la han alzado un poquito al olimpo cinematográfico de 2016. Pero para mí es una oportunidad desperdiciada que se queda en good feel movie para que esos cuyo estilo y forma de vida está más institucionalizado, normalizado y visible se emocionen y se revuelquen, un ratito más, en su propia cosmovisión. Entiendo y celebro que no haya interesado demasiado en España, aquí los cuñados tienen unos orígenes, juventudes y crecimientos bien diferentes.