
Masterpiece del terror contemporáneo
Sin spoilers
Tomando como base las reglas del subgénero de casas encantadas, 'Expediente Warren' es, desde su inicio, cine de terror en estado puro. Una fotografía de la América profunda de la década de los setenta que podemos enmarcar junto al álbum de leyendas y folclore de un país que vive subyugado a su cultura popular y la entroniza y posiciona como ente propio, la clara muestra del maleficio americano.
Desde las adaptaciones al cine de 'The Haunting' y 'La leyenda de la Casa del Infierno', inspiradas en sendas obras de los novelistas estadounidenses Shirley Jackson y Richard Matheson, respectivamente, las historias de seres sobrenaturales aferrados a las cuatro paredes entre las que perecieron han ido alimentando todo un arsenal de cuentos para no dormir que han calado hondo entre el saber popular y pasado a formar parte del ya mencionado folclore americano. Pongamos como ejemplo los hechos que sacudirían el 112 de OceanAvenue el 13 de noviembre de 1974 y que serían llevados a la pantalla cinco años más tarde por Stuart Rosenberg en 'Terror en Amityille', todo un hito para el subgénero de casas encantadas.
Así pues, e inspirándose en uno de los casos que el matrimonio Warren llevó a cabo a principios de los setenta, el cual sacudió la apacible existencia de la familia Perron, James Wan sabe jugar sus cartas a la perfección, rodando un exquisito film "basado en hechos reales" bajo cuya magistral batuta destaca la soberbia interpretación de Vera Farmiga, además de la de una sufridora Lili Taylor (a quien ya vimos sufrir en el aburrido remake de 'The Haunting' de 1999) como matriarca de la familia Perron y junto a la que seremos testigo de todo el arsenal de situaciones y apariciones espeluznantes a través de las cuales nos llevará 'Expediente Warren' y su in crescendo clímax final.
Si bien muchos podrían tachar de simplista y manido el argumento, cabe decir que en este caso la originalidad no va unida al mismo, sino a la excelente resolución de las situaciones y presentación de las apariciones fantasmales que, como viene siendo costumbre en la trayectoria de Wan, puede compararse a todo un carrusel de los horrores del que hasta al más valiente le costará olvidar. Una joya.
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