Más Golpes, Más Coches, Más Explosiones, Pero El Mismo Resultado

La promoción de Fast Five (Fast and Furious 5) se presenta así: Vin Diesel y Paul Walker encabezan el reencuentro de todas las estrellas de cada entrega de esta explosiva franquicia basada en la velocidad. En Fast Five, el ex poli Brian OConner (Paul Walker) y el ex preso Dom Toretto (Vin Diesel) colaboran a pesar de proceder de lados opuestos de la ley. Dwayne Johnson se une a los inolvidables Jordana Brewster, Chris "Ludacris" Bridges, Tyrese Gibson, Sung Kang, Gal Gadot, Matt Schulze, Tego Calderon y Don Omar para esta última carrera donde se jugarán el todo por el todo. Desde que Brian y Mia Toretto (Jordana Brewster) sacaron a Dom de la cárcel, han tenido que cruzar muchas fronteras para evitar a la policía. Atrapados en Río de Janeiro, no les queda más remedio que volver a correr si quieren salir libres. Los insólitos aliados empiezan a buscar a los mejores corredores, pero saben que la única posibilidad que tienen de salir del juego de una vez por todas, es enfrentarse al empresario corrupto que quiere verles muertos. Pero otros también les siguen la pista. El inflexible agente federal Luke Hobbs (Dwayne Johnson) nunca ha fallado. Le encargan que encuentre a Dom y a Brian, y él y su equipo no escatimarán medios para conseguirlo. Una vez en Brasil, envía a sus hombres tras la pista, pero no tarda en aprender que no puede separar a los buenos de los malos. Sólo dependerá de su instinto si quiere hacerse con su presa... antes de que alguien se le adelante.

Por si no estuvieramos acostumbrados a las ya desafiantes películas de A Todo Gas, nos sorprenden con una quinta entrega, que ya tiene como seguro una continuación. Esta quinta entrega de la saga de coches más famosa del cine llega con nuevos vehículos, más velocidad, más acción, es decir, lo mismo que ya hemos visto, pero en una escala aúm más bestial.

El apartado artistico, es, tal vez, el más pobre de las cinco entregas de esta exitosa saga, los diálogos, son faltos de sentido en algunas ocasiones, lo que hace de ellos, un entretenimiento bastante vanal.

En el apartado técnico, hay que destacar los efectos especiales, tanto los logrados con los vehículos como los conseguidos con las explosiones y demás situaciones. Rio De Janeiro se convierte en un buen escenario para la película ya que las sinuosas calles de las favelas son el escenario perfecto para la acción.

Por lo demás, poco que decir, la música vuelve a ser bastante acepatable y la dirección, otra vez de Justin Lin, vuelve a ser un poco mediocre en comparación con otras entregas, sobre todo con las dos primeras partes.

La nota de la cinta cae por lo tanto hasta un triste aprobado de 5,2/10, en gran parte porque es más de lo mismo, es decir, la trama, aunque con algunos giros, no presenta nada nuevo.

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