
Desafiando La Coherencia
Sin spoilers
Desde que Dom y Brian destruyeron el imperio de un mafioso y se hicieron con cien millones de dólares, se encuentran en paradero desconocido; no pueden regresar a casa porque la ley los persigue. Entretanto, Hobbs ha seguido la pista por una docena de países a una banda de letales conductores mercenarios, cuyo cerebro cuenta con la inestimable ayuda de la sexy Letty, un viejo amor de Dom que éste daba por muerta. La única forma de detenerlos es enfrentarse a ellos en las calles, así que Hobbs le pide a Dom que reúna a su equipo en Londres. ¿Qué obtendrán a cambio? Un indulto para que todos puedan volver a casa con sus familias.
Personalmente, nunca he sido un gran aficionado de la saga Fast & Furious. El simple espectáculo vanal y vacío desafiando las leyes de la física hasta puntos verdaderamente ridículos era algo que no me atraía. Pero entrega tras entrega he ido mamando cada una de las seis películas hasta quedar exhausto ante tanta mediocridad.
Cierto que esta serie de películas sólo tiene dos objetivos: amansar cantidades indecentes de dinero y crear espectáculo por medio de carreras de coches. Estas cintas no pretenden ser nada más, no pretenden tener una historia potente, unos actuaciones sobresalientes o una dirección academicista y profesional. Tampoco deben pretenderlo, puesto que, es en esos casos, cuando la aplastante lógica se impone sobre todo lo demás, dejando a la película en bragas, sin más perdón que el de algunos aspectos técnicos.
Esto ocurre en "Fast & Furious 6", ya que, el intento de darle la vuelta a un guión, sazonándolo con toques de terrorismo, criminalismo y bombas electrónicas, no ha ofrecido el mejor resultado.
La historia deja un lado las razones que llevan al antagonista de la película a cometer esos delitos para centrarse en el dueto amoroso de Dom y Letty, que no ofrece nada nuevo, y en ocasiones da la sensación de que estamos viendo un culebrón mal ejecutado. Por otro lado tenemos a multitud de personajes secundarios que lastran un conjunto excesivamente cargado de pequeñas subtramas que nunca obtienen explicación y hacen que la verdadera historia se desarrolle de forma más pausada a lo que debería.
La dirección de Justin Lin no ofrece nada nuevo, es más de lo mismo que ya habíamos visto en las cinco entregas anteriores, aunque, aquí, las verdaderas carrreras de coches como tal, quedan relegadas a un segundo o tercer plano, por lo que algún espectador despistado puede preguntarse al final de la función, donde carajos están.
En el elenco de actores debemos empezar ofreciendo el pésame y todo el respeto posible por la trágica muerte de Paul Walker a finales del 2013 y decir que, si bien nunca llegó a ser un actor de método, de gran calidad y mejor factura interpretativa, fue lo suficientemente correcto para dotar de una personalidad aplastante a esta saga de acción, siendo por lo tanto imprescindible recurrir a él a la hora de comentar cualquier detalle de estas cintas.
Dejando a un lado estos detalles nada atractivos, debemos comentar el pobre trabajo de Vin Diesel en el papel protagonista, siendo superado, aunque ligeramente por la bestia Dwayne Johnson, que mejora su trabajo respecto a la anterior entrega de la franquicia.
Pero donde aquella entregaba diversión y entretenimiento en los secundarios, esta los deja muy apartados del conjunto, haciéndo que prácticamente parezcan un relleno mal ejecutado. No podemos salvar por lo tanto ninguna actuación de este conjunto, lamentablemente, para desgracia de algunos fans.
Luke Evans añade un distintivo matiz a la saga con su personaje de antagonista, pero, como ya he comentado unas líneas más arriba, este personaje queda completamente desaprovechado al centrar la atención de la película en la relación entre dos de los conductores.
En cuanto a aspectos más técnicos, la música sigue la estética de la franquicia, por lo que no resultará extraña para los aficionados, aunque la banda sonora en sí misma no es muy destacable.
Los efectos especiales son sobresalientes, con un manejo de las explosiones y la destrucción realmente increíble a la hora de recrear un realismo atroz en este aspecto. Los efectos digitales por el contrario no son tan punteros, aunque no son para nada despreciables.
Fotografía al uso y maquillaje y vestuario correctos completan una cinta que saca pecho en lo estético más que en lo interpretativo o narrativo y se jacta de contar con un gran número de fans que sigan adorando las alocadas aventuras de estos protagonistas cada vez más cargantes.
A pesar de todo la nota de "Fast & Furious 6" desciende hasta un 3/10, buena parte de la culpa la tiene la dirección de Justin Lin o ciertos aspectos de un guión que roza lo absurdo en muchas ocasiones, desafiando las leyes de la gravedad, el espacio o la simple dinámica de cuerpos para dar lugar a un conjunto verdaderamente chistoso.
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