Amor (insulso) en (insulsos) tiempos de (insulsa) guerra

Dicen que la curiosidad mató al gato, pero el refranero popular nada especifica acerca de las cotas de lentitud y agonía que en algunas ocasiones puede alcanzar dicha muerte; y es que, tras ver en el trailer de Flyboys (Héroes del aire) el quasi epitafio 'de los productores de Independence day y El patriota', uno ya debe saber a qué atenerse.

Aun así, sentía curiosidad tanto por ver a Jess Franco fuera de su papel de Harry Osborne (demasiado tarde volvió a mi mente el recuerdo de Tristan + Isolda) como por disfrutar de una película basada en la Primera Guerra Mundial, conflicto habitualmente apartado del mundo del cine en beneficio del holocausto nazi.

Héroes del aire cuenta la historia de un grupo de norteamericanos que, por diferentes motivos, deciden ayudar a la causa francesa durante la Gran Guerra, antes de que el gobierno de Wilson se decidiera a intervenir. Blaine (Jess Franco), William (Philip Winchester), Porter (Michael Jibson), Eugene (Abdul Salis), Eddie (David Ellison) y el resto de jóvenes norteamericanos serán adiestrados por el capitán Thenault (Jean Reno) y comandados por Reed Cassidy (Martin Henderson), en la que sería conocida como la escuadrilla Lafayette.

A decir verdad, tan sólo hay un par de factores que merecen ser resaltados acerca de Héroes del aire: por un lado, tenemos unos más que respetables efectos especiales, bastante logrados, sobretodo por su sobriedad. Y es que las diversas contiendas que se suceden a lo largo del metraje destacan por su realismo, alejándose de piruetas imposibles, giros de cámara estrambóticos y absurdidades varias con los que los maestros del CGI pretenden abrumarnos en estos tiempos que corren. Por desgracia, dicha sobriedad decae en ocasiones en cierta falta de emoción, pero a pesar de ello es de agradecer el hecho de encontrarse con unos efectos especiales enfocados más hacia el rigor histórico que hacia el mero espectáculo.

Por otro lado, tenemos su insufrible metraje: alrededor de 140 minutos, a lo largo de los cuales asistimos a una extenuante trama, obvia hasta la saciedad, tan sólo amenizada por los anteriormente citados efectos especiales. ¿El resto? Una banda sonora reiterativa en la que el eco de las barras y estrellas parece oirse en la distancia, arquetipos de cartón piedra, y una historia de amor irritantemente edulcorada con escenas incluso risibles por su extrema inocencia.

Y es que Héroes del aire parece más una idílica película de amor en tiempos de guerra de hace sesenta años, que una producción del siglo XXI: el guión no ofrece ninguna sorpresa, ni a lo largo de su trama ni en la profundización (por decir algo) de sus personajes, retratados como meras comparsas de un Jess Franco que apenas sí se limita a esbozar esa sonrisa a lo James Dean que le caracteriza, interpretando al ya trillado rebelde con corazoncito que termina por ganarse la amistad de sus compañeros, el respeto de sus superiores, y el amor de la chica.

Por tanto, los tópicos y clichés de su guión hacen de Héroes del aire una película eterna e insulsa, cuya única excusa para su visionado son los combates aéreos y poca cosa más, además de presenciar una vez más la caída en picado en la carrera de un Jean Reno que empieza a perfilarse como el sucesor de Donald Sutherland en cuanto a tópicos papeles secundarios se refiere.