Gamer o Gamberrada

Otro film que desaprovecha el potencial inicial de su propuesta. Al igual que su coetánea "Los Sustitutos", Gamer, se queda no sólo en la superficie, sino que además, se pierde en sí misma. Aunque por lo menos en la cinta de Willis, hay un cierto equilibrio en la narración sin ser tan atropellada como ésta; donde su montaje parece hecho por Amy Winehouse (pero si ya tiene un apellido que alude al vino, que esperaban) tras un concierto.

No sé qué clase de sustancias se tomarían los directores de semejante engendro, pero está claro, que el film alcanza cotas sonrojantes de auténtica vergüenza ajena. Su trailer prometía mucho, es más, debiera haber sido lo único, porque ahí estaba idealizada la película.

Sus responsables han querido tocar muchas teclas, y justamente esa dispersión la hiere de muerte.

Gamer intentar partir de un trasfondo metafísico, al dotar al relato (por llamarlo de algún modo)de una mezcla entre lo virtual y real, que conjugue un único todo. Sus personajes son la escenificación del triunfo de la red en todo lo ancho de su palabra. Lo que ahora se nos presenta como una pueril red social (que lo es menos de lo que muchos creen y/o pretenden vendernos) en la cual la gente se conoce para compartir "cualquier cosa"...; deviene en un suntuoso alarde de bajeza moral, lleno de colorido y esteroides, donde los que están al otro lado de la pantalla -los controladores-, son puestos como arquetipo fantasmal, caracterizado en la figura del gordo pajillero cualquiera, entre otros. Es quizás lo más estimulante de una cinta carente de tanto: la denuncia frontal al uso de la red, al placebo que ésta da en el individuo y a la implantación definitiva de los softwares como praxis en el conglomerado social.

Muestra hasta que punto la tecnología que apunta ya maneras en nuestra vida real diaria, puede ser nociva hasta límites desconocidos, si no se le pone freno.

Por otra banda, está la materialización del sueño de cualquier jugón de XBOX 360, PlaStation 3, Wii o PC, de ir más allá y estar inmerso en una experiencia virtual hiperrealista. Aquí Gamer tiene ecos de la fallida "Perseguido" con Schwarzenegger, en donde los convictos son usados de cobayas, con el fin de entretener a un populacho mediocre e ignorante. Es aquí donde su montaje trepidante tiene razón de ser, al mostrar las partidas del juego.

El resto es infumable, soporífero e incoherente. Lo típico del protagonista alejado de su familia suena a chiste redundante, así como el malo de la función que es de autentica prisión (la secuencia del baile a lo thriller de Michael Jackson es de agachar la cabeza de vergüenza ajena, así como su resolución, de lo más infantil).

Gerard Butler debiera de parar un poco la pata, y mirar en los embolaos que se mete, porque desde 300, lleva unas cuantas cagadas de importancia, producto de la incontinencia o aprovechamiento del momento. Su Gable, intenta ser un alarde del gladiador Máximo de Crowe (mírese las escenas con la tierra en prisión con la fotografía saturada) versión ciberespacio, que no cuela nada.

Como el otro film comentado, es una oportunidad fallida de ir más allá y quedarse solo en el envoltorio.

Como nota destacable a nivel personal, lo forma, el estupendo partido que sus directores han sacado de rodar en cine digital con la conocida cámara Red One, que aquí hace olvidar el celuloide sin darnos cuenta.