No es de terror, es de miedo.

Empieza con unas escenas distendidas, pero según va desarrollándose la película , da rienda suelta a que el espectador vaya estrujándose el cerebro sobre lo que puede ir pasando. Los aficionados al kechup o a la mermelada de frambuesa les puede parecer una película bastante "light". Pero para los principiantes en esto del cine de terror, puede ser una película bastante adecuada para irse animando a seguir este género. Es un terror psicológico, donde el miedo, que no el terror, se vislumbra poco a poco y los sustos y respingos son inevitables. Con buen ritmo que no da tiempo a aburrirse y con alguna que otra carcajada gracias Rod amigo del protagonista.

En conjunto la película me ha ido recordando a otras de este mismo género, por un momento me recordó a " Los niños del maíz" (aunque casi todas me parecen que se le parecen ) , y sobre todo me ha parecido un remake de "Los ojos sin rostro", (1963) película francesa del director, Georges Franju, pero cambiando chicas jóvenes por hombres afroamericanos, por lo que hay quien ve en este detalle denuncia social.

Después de ver la alternativa al final, la elección hecha por el director ha sido la mejor, no deja de ser una película y de lo que se trata es que el espectador quede con la sensación de bienestar (yo le doy mucha importancia al final). en este caso, es un final optimista. No deja de ser un final como cualquier película de vaqueros o de lucha entre el bien y el mal, donde el "bueno" gana y el "malo" muere. Solo que esta vez el "bueno" es negro y no va a la cárcel (la otra alternativa de final que se tenía), no porque sea negro sino por ser el bueno de la película.

Recomendable, y dejar rienda suelta al efecto sorpresa.