Gran "Eastwood"

¡Qué bestia es éste hombre! Y lo digo en tono total de admiración. Que longevidad creativa...Si algo ha quedado claro con Gran Torino,es la entrada al Olimpo de los más grandes, de Clint Eastwood. Un director que se ha hecho así mismo, a lo largo de todas éstas décadas, y de su capacidad de auto-reciclaje, que funciona como catársis en toda su carrera. Rara avis a su edad, energia, buen hacer y humildad -que para sí quisieran muchas de estas nuevas estrellas y aspirantes de segunda, con más infulas que talento-.

Eastwood, vuelve a la interpretación, pero sitiéndose cómodo en el personaje. Porque lo conoce. Su polaco cascarrabias es Harry el sucio jubilado, su sargento de hierro retirado, el padre de Sin Perdón, aderezado con la esencia del dueño de un gimnasio sin contacto con una hija que reniega de él, y que busca redención en una protegida encontrada en las calles de la urbe social que desprecia aquéllo que no le sirve, de Million Dolar Baby.

Gran Torino, ahonda de nuevo en la humanidad, no como género, sino como sentimiento. En la culpa, en la incapacidad de comunicarse, en el desconocimiento de aquéllos que nos rodean, en la denuncia de una sociedad que no se quiere; de un modelo que hace aguas por todos lados.

Gran Torino, podría funcionar perfectamente como prolongación de Million Dolar Baby. Familia interesada, vacua y molesta, cura y diálogos envenenados sobre la vida y la muerte, protegido perdido en la vida y que funciona cómo redención y busqueda de la anhelada paz del protagonista.

La gozada es ver al bueno de Clint actuando, actuación sin la cual la película no se entendería. Y resaltar al no menos grande Constantino Romero doblando al actor, que hace un trabajo soberbio como siempre, y que engrandece aún más al genio.

Algunos pasajes adolecen de cierto aire efectista, cómo el ataque de la banda de los chicos negros a Sue y su acompañante; y algunos planos no del todo cuidados; el personaje del chico oriental, que en muchos momentos está fuera de su personaje...; pero que no empañan una película que crece con el recuerdo y haga que muchos cineastas miren a éste señor, que se me antoja como uno de los últimos colosos del séptimo arte.