Cuando las incoherencias ganan al entretenimiento

No era una cinta precisamente que me llamase la atención pero la idea era interesante y Elijah Wood es un actor que me gusta, mas allá del señor de los anillos tiene grandes trabajos como el que realizó en Hooligans. No esperaba gran cosa solo entretenimiento sin pretensiones pero esta cinta tiene mucho de pretenciosa y mucho de absurda y eso es lo que la ha debilitado.

Si bien la propuesta es llamativa e intensa, marca la tensión en varios momentos y su duración en parte es acertada siendo de solo 77 minutos. Ojo, 13 minutos son de créditos que no sé de donde se lo sacan si las localizaciones son el mismo sitio y no hay un amplio reparto. Entretiene y mantiene en tensión durante toda la cinta y para colmo el final es abierto y te destroza un poco el interés.

Las actuaciones son correctas, Elijah Wood cumple bastante bien con su rol al igual que John Cusack que ya podrían haber ocultado su nombre del reparto para darle más tensión al asunto a lo Seven. La música está muy bien y los planos de Eugenio Mira son muy buenos ya que vemos a Elijah tocando el piano como debe ser, no como la mayoría de las películas en las que solo se enfocan las manos o la cara y en el fondo ese actor no está tocando sino un doble.

Si ya pasamos al guión es un completo desastre, repleto de incoherencias, inverosimilitudes y fantasmadas por doquier que dan lugar a una falta respetable de credibilidad a la historia. Ya no es cuestión de que la historia te la creas o no sino que no hay quien se crea que un pianista tras 5 años retirado dé un concierto sin ensayar, sin tocar con las piernas los pedales y por supuesto que pueda hablar por un pinganillo, irse y volver cuando le da la gana y por supuesto mandar mensajes de texto mientras toca. Este no es pianista, es Machamp de los Pokémon.

Si ya sumamos que se puede caer un arma alrededor del piano y que nadie del público se dé cuenta, que Cusack sabe lo que va a hacer en un futuro Wood y por eso se lo escribe en las partituras ya que es el futuro Sandro Rey pues nos colma de orgullo y satisfacción que la única vez que se da cuenta el público de que algo malo pasa sea al final y que cayéndote de varios metros de altura no tengas ni un rasguño y otros hayan muerto.

En definitiva, una cinta que te deja claro como destrozar la credibilidad de un guión por los cuatro costados. La premisa es llamativa pero no la explota, no arriesga, es predecible y es incoherente. No hay por donde cogerla por más que entretenga, esté bien actuada y dirigida y tenga buena música. Regular.