
Magnífica Sencillez.
Sin spoilers
Un obra audio visual prominente es aquella que desde su concepción comprende toda la fundamentación de su lenguaje, que basa su grandeza en la simplicidad contextual y deja que la narración fluya a través del talento directriz, actoral y técnico. Eso es Gravity de Alfonso Cuarón, una inmediata pieza de culto que debe ser considerada desde ahora cómo una de las obras más elementales y brillantes del cine que basa su majestuosidad en un compendio de recursos narrativos y técnicos que de principio a fin derrama el más puro y bello arte.
Cuarón, sin duda uno de los mejores directores de la época contemporánea, dota al libreto de su hijo Jonás de un lenguaje cinematográfico formidable, que través de un tratamiento casi dogmático, despliega toda su sapiencia como autor y artista audio visual también soportado en la excelencia del trabajo de su fiel aliado Emmanuel Lubezki en la fotografía y del talento histriónico esta vez provisto sorpresivamente por una Sandra Bullock en el mejor papel de su vida.
El primer y gran acierto de Gravity es sin duda su libreto, un planteamiento ajeno a toda pretensión narrativa que estructura lo suficiente para su credibilidad y no busca ir más allá de lo que en momentos pudiera resultar inverosímil. Si bien es cierto que algunos fundamentos científicos se pudiesen sentirse falsos y a la fecha ya han sido expuestos por expertos en este gremio aun cuando estos son irrelevantes para el motif y desarrollo de la trama, Cuarón defiende la historia apelando a la labor artística y no a la científica, dejando claro que la ficción va implícita en este relato cinematográfico.
Un ejemplo claro de la renuncia a cualquier pretensión, más allá de los aspectos tecnológicos, reside principalmente en los humanos. Los Cuarón estructuran a su heroína de manera extraordinaria, prescinden de todo nexo terrestre humano y/o emocional que pudiera entorpecer su historia y se centran solamente en el conflicto y en el objetivo de la supervivencia, del terror a la muerte, a la soledad, en su desesperanza y finamente en su constante lucha e instinto por preservar la vida en un ambiente que luce tan hermoso como siniestro a la vez: el espacio exterior que se convierte en elemento antagonista del film y que fiel a la costumbre de su filmografía, se transforma de la mano de Lubezki en un personaje más que fraterniza tanto con el espectador como con el personaje protagonista.
La impresión de su ritmo y su suspenso son perfectos, siendo para el director 90 minutos el tiempo suficiente para abordar la cinta con un compendio artístico apabullante, no solo por su aspecto visual y técnico, sino también por el balance narrativo entre un panorama agobiante y el comedy relief provisto por diálogos inteligentes y un elemento en particular que mencionare más adelante.
Si bien estamos acostumbrados a que Alfonso nos sorprenda con algunos de los mejores planos secuencia de la historia, en esta ocasión el autor se consolida proyectando una madurez y pericia bárbaras que lo posicionan aun en vida a lado de grandes maestros del cine. Comienza con el secuencial durante los primeros 15 minutos para sumergirnos en el silencio del espacio y presentarnos a sus personajes, Cuarón expone el conflicto que nos acompañará hasta el final de su cinta. Sin embargo, en esta ocasión el maestro va mas allá, con el manejo de su cámara nos convierte en testigos de su oda, nos hace participes de la vulnerabilidad del personaje sumergiéndonos en sus emociones y de acuerdo a su genialidad, dota a sus escenas del timing perfecto y adecuado que captan toda acción proyectada.
Así mismo Gravity se convierte en un segundo plano en una serie de elementos simbólicos entrañables, desde sus referencias patrioteras ,pasando por serios homenajes a cintas "espaciales" de forma visual o impregnados en sus diálogos (2001, Planet of the Apes, Alien, Star Wars, Solaris), hasta reforzadores narrativos como la unión espiritual retratada en varias figuras religiosas o bien, denotando el renacimiento y vulnerabilidad de su heroína en una de las secuencias más hermosas, catárticas y brillantes que ha dado el cine recientemente, en donde la Doctora Stone (Bullock) simula un feto mientras que otros elementos figuran como el cordón y el vientre. Magnifica en todo sentido donde Cuarón firma su obra.
Sandra Bullock no solo logra sostener toda la cinta, sino que lo hace de manera extraordinaria bajo un talento nunca antes visto en la actriz. La tridimensionalidad y complejidad de su personaje son acogidas en todo sentido por la histrión ya ganadora de un Oscar (Y que se perfila para el segundo) que a lo largo de todos los 90 minutos logra transmitir un sube y baja de alteraciones, temores, angustias y fragilidades. No dudamos que Cuarón tenga mucho que ver en esto (Ya ha demostrado a lo largo de su carrera una fenomenal dirección de actores), sin embargo todos los palmares deben ser justamente enfocados al trabajo de Bullock, mostrando una química y entendimiento tremendos hacía con el relato y sus autores y Gerge Clooney es sencillamente genial. Más que un personaje, su participación en el libreto funge como un elemento preciso que añade el comedy relief (Sumamente necesario en este tipo de relatos para amedrentar la tensión) y el misticismo a la cinta. La desfachatez en su estilo actoral y la construcción de un personaje que le acomoda perfectamente a su personalidad ya conocida tanto dentro como fuera de la pantalla hacen al Teniente Matt otro símbolo entrañable del film.
A nivel técnico la película es perfecta, desde el diseño de producción, sonido, efectos Fotografía (Sublime trabaja de Emannuel Lubezki) y Música (Otro sublime trabajo del novato Steve Price), no hay pegas absolutamente.
En conclusión Gravity no solo es la mejor película en lo que va del año 2013, sino ante una de las mejores películas en años (Los últimos 11 minutos redefinaran el genero de aventuras, prodigio en todo sentido) . Cuarón logra su confirmación como un grande, su hijo Jonás incursiona por primera vez en el cine de manera soberbia, Lubezki entrega quizá su mejor trabajo y Bullock por fin merece nuestras admiraciones como actriz. Una obra de arte completa, muy cercana a la perfección y ejemplo catedrático del bello lenguaje cinematográfico.
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