Un canto a la libertad

No me llamaba nada la atención y apenas sabía de la cinta más allá de que me la había recomendado mucha gente y en general está muy bien valorada así que finalmente decidí verla como pendiente que la tenía y me ha gustado bastante. Sean Penn relata una historia real a través de Emile Hirsch que se marca una formidable actuación solventada por un buen reparto de secundarios que en especial destaca un emotivo Hal Holbrook y una sorprendente Jena Malone como narradora que me ha gustado mucho sus diálogos en la cinta aunque sea lo que mejor tiene en todo el transcurso de sus 137 minutos. Penn emociona, te sumerge en una historia absorbente, emotiva, preciosa y ante todo entretenida. Una historia de un trotamundos con el objetivo de ir a Alaska y olvidarse de los problemas, de la sociedad, de las tecnologías, de vivir a su propia manera, si se puede decir es una película hippie por así decirlo y recientemente se ve que han querido imitar a esta cinta la versión femenina con Reese Witherspoon en Alma salvaje. Su banda sonora es fabulosa al igual que la fotografía y el tercer acto es realmente conmovedor, me puso la piel de gallina, aunque bien es cierto que el mensaje es claro, es al final donde se ve donde desencadena todo, donde se ve hasta donde llegan las decisiones y con que desenlaces.

Una cinta plagada de amor, una aventura inolvidable, atractiva que sin parecerme una obra maestra si siento un espíritu igual de positivo y bonito como lo sentí con Pequeña Miss Sunshine por así decirlo. Cine independiente del bueno, del que se recuerda por prácticamente todo. Notable.