
Tomar responsabilidades
Sin spoilers
Tengo que confesarlo: no soy fan de Harry Potter. Las novelas, a pesar de estar muy bien escritas, describen un universo de magia y unos personajes hacia los que no siento la especial simpatía que tienen los seguidores de la saga. Dicho esto, hay que ver la desigual trayectoria que tiene el periplo cinematográfico más rentable de la última década, que además ha originado un merchandising sin parangón en la historia del cine. El director del film, David Yates, también fue el artífice de la anterior cinta de Potter, "La orden del fénix" y si aquella era liosa... esta ya es un verdadero caos para el que hay que estudiar una auténtica carrera en criminología y ser el primo listo de Sherlock Holmes: el niño mago ya no tiene nada de niño, sino que es un joven mago veterano en Hogwarts y está a un paso de licenciarse. La sombra de Lord Voldemort se cierne (otra vez) sobre todos los personajes, y vuelve a amenazar (aunque mucha sombra y amenaza, pero no aparece en esta nueva película). Dumbledore, embarca, pues, a Harry en una farragosa aventura para destruir al Señor Tenebroso y ahi es donde empiezan los lios, comenzando por la nueva incorporación de un profesor de pócimas, el estudio de unos extraños instrumentos donde se puede depositar parte del alma y así mil y unas triquiñuelas argumentales más, que llegan a confundir al más acérrimo admirador de esta saga. Lo que todo el mundo espera (es decir, revolución hormonal de adolescentes, aventuras, etc.) está muy minimizado, y son pocas las secuencias realmente interesantes de este decepcionante film, que en más de dos horas no consigue entretener mínimamente; pocas son las secuencias de aventuras, el guión tiene un hilo argumental demasiado flojo y soso, las interpretaciones son una repetición casi literal de lo anterior...y lo que tenía que pasar, es decir, que un Harry Potter más adulto tome las responsabilidades que todos esperan que tenga, sencillamente no pasa todavía: tendremos que esperar a las dos películas que quedan (es decir "Harry Potter y las reliquias de la Muerte, I y II parte", dirigidas (ay) otra vez por David Yates...) para ver la gran batalla final entre el bien y el mal. A mi todo esto me huele más a chamusquina, y a la misma estrategia infame, sarnosa e indigna contra el espectador que utilizó Peter Jackson en la soporífera "El señor de los Anillos": prometer mucho, rodarlo todo a la vez, para luego no dar prácticamente nada, y si se da, darlo con cuentagotas para que la gente antes se trage toda la paja. O sea, que la nueva de Harry Potter, es un verdadero rollo.
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