
Hercúleo Hércules
Sin spoilers
Que se dedicaran a llenar nuestra cartelera de películas mitológicas con una alta dosis de invención y de caros efectos especiales era cuestión de tiempo. Llegó la sobrevaloradísima y nada destacable 300 (2006), y todo el mundo creyó que una estética oscura, mucha violencia y un gran número de escenas creadas por ordenador era la clave para seguir haciendo cine épico. Los creadores de Hércules: El origen de la leyenda parece que son de la misma escuela, en la que poco importa tener un guión endeble y mucho contar con músculos bien definidos.
Estamos ante una historia muy simple, en la que Hércules, hijo de Zeus, tendrá que pelear en numerosas batallas para estar junto a su amada, la cual se ha casado con el hermanastro de nuestro protagonista, por petición del malvado rey Anfitrión, padrastro de Hércules. En un intento de contentar mínimamente a los amantes de la mitología griega se han añadido algunos episodios de la vida del héroe que da nombre a la leyenda, como la muerte del león de Nemea, siempre resueltos de forma vulgar.
El verdadero fallo de esta película, ya que no cuenta con un guión en condiciones, es construir todas las batallas con un enorme exceso de efectos digitales, con la misión de amparar al sobreexplotado 3D. Ni siquiera disfrutamos ni por un segundo de las excelentes dotes como luchador (sin espada) de Scott Adkins (el rey Anfitrión), aquel intérprete inglés que maravillaba en las entretenidas secuelas de Invicto.
Lo mejor que se puede decir de esta cinta es que no es tan horrible como nos podíamos esperar, pero carece de verdadero interés, tanto para los que busquen un film de puro entretenimiento, como para aquellos que anhelen peleas emocionantes.
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