Vida sin Coppola

En 1989, tres de los más grandes directores neoyorkinos contemporáneos deciden hacerle un homenaje a su ciudad natal. Estos tres nombres son, nada menos, que Martin Scorsese, Francis Ford Coppola y Woody Allen. Tres directores de primer nivel poniendo a prueba su talento en un experimento tantas veces fallido.

Scorsese nos brinda en 'Apuntes al natural' una historia complicada sobre un artista complicado que lleva una vida complicada. La rudeza propia del director de 'Goodfellas' es palpable, la relación que mantiene el protagonista con la mujer a quien fuerza a quedarse con él lo demuestra. Sin ser uno de sus mejores trabajos, convence.

Woody Allen sobresale en 'Edipo reprimido', es quien más homenajea a la ciudad y quien aporta la idea más original, y, por su estilo, divertida y surrealista. Un sujeto mezquino pasa de la alegría al trauma cuando después de que su pesada madre desapareciera, se reconvirtiera en una especie de espíritu omnipresente que cuenta a todos los ciudadanos las pequeñeces de su hijo.

Entre una y otra, llega el combo padre-hija Coppola. 'Vida sin Zoe' es un insulto a la inteligencia del espectador. El director de 'El Padrino' confía el guión a su hija Sofía, que solo consigue crear una historia paupérrima sobre una niña rica y mimada a la que no le pasa nada interesante, por más que nos pasemos los 40 minutos esperando a algún mensaje que nos quiera decir, pero nada. En serio, es de un estilo a la películas de actores reales de Disney Channel pero aún más vacía todavía.

Experimento cojo pero no del todo fallido. Aún no comprendo cómo F. F. puede ser tan abismalmente irregular.