Empacho de Guy Ritchie
Sin spoilers
Lo que define a un autor es la originalidad. Esto no quiere decir que innove de manera absoluta: es suficiente que con elementos previos consiga mezclarlos de una manera hasta ahora no vista para conseguir un resultado original, que se separe de la tendencia general. De ahí a "homenajear" ciertas tendencias estilísticas o expresivas (es la versión suave de "plagiar") hay realmente muy poco. Es lo fácil, tomar lo que ya ha triunfado y copiarlo para replicar el éxito. Lo llevan haciendo los estudios de Hollywood durante décadas, llegando a destilar un estilo de copieteo realmente conseguido, muchas veces inapreciable para el público poco exquisito que tenga poca memoria.
Por otra parte, es muy loable que en el maltrecho panorama audiovisual de nuestro país, absolutamente destrozado por el empeño de la élite que aún puede hacer cine en contar historias que sólo le interesan a ellos y a sus amigos, haya algunas voces que apuesten por el puro cine de entretenimiento, cine-espectáculo sin más pretensiones que sentarse en la sala con un paquetón de palomitas y un refresco y echar una rato divertido. Je, como si fuera tan fácil: precisamente es la comedia el género más complejo de este ya de por sí complejo séptimo arte. Tan complejo que se puede caer en el más espantoso del ridículo con una simple vuelta de tuerca más de lo recomendado. Ojito con los chistes y las bromas visuales, que muchos no son ni Woody Allen ni Buster Keaton.
Confieso que estoy realmente ilusionado y esperanzado con la ficción de televisión en este país. O lo estaba antes de la crisis, ya que hay (o había) una gran diversidad de géneros, de historias, de profesionales que llevaban (mejor o peor) sueños vía catódica a un público que ya estaba empezando a responderle mejor que a la ficción norteamericana. De hecho, pocas series made in USA estaban en un prime-time prácticamente copado por producciones españolas. Un de esas producciones que funcionó, nos guste más o menos, fue "Los Hombres de Paco". Además de la audiencia, generó una mitología propia con Mario Casas a la cabeza de ese culto pagano de camisetas quitadas y abdominales cincelados. Pues precisamente Carlos Therón, el director de este film que nos ocupa, fue uno de los directores que hicieron realidad ese prodigio: el prodigio de que el público español disfrutara con una serie nacional más que con cualquier apuesta internacional. Ese mismo director perpetró la segunda parte de un éxito de taquilla, "Fuga de Cerebros 2" que aunque realmente apestaba, siguió la zaga comercial de la primera parte. Ahora ha querido dar un giro radical a su trayectoria como realizador de largometrajes con un producto completamente alejado de la tónica cinematográfica que hasta ahora había tenido, acercándose más a su vertiente televisiva.
Empachándose de Guy Ritchie, básicamente -recordemos, "Lock & Stock", "Snatch" y "Rock&Rolla"- Therón ha querido hacer la película más "cool" del cine español: tipos malos y muy musculosos con pistolas, lumpen del juego clandestino, puticlubs, leyendas urbanas sexuales (de ahí el famoso "impávido" del título...gogleenlo y sabrán de qué hablo) y perdedores que intentan desesperadamente aferrarse a un futuro incierto. O sea, todos los leit-motivs que ha empleado Ritchie en buena parte de su filmografía, incluyendo (o intentándolo) su desarrollo visual y narrativo. Hacer nacional lo internacional. Un riesgo realmente elevado para lograr una versión castiza de todo ese cosmos de delincuencia, que por otra parte ya fue tocado por JuanMa Bajo Ulloa en "Airbag" de un modo bastante más valiente, más extremo, más macarra, más "de verdad".
Porque aquí, a pesar de los intentos, todo me parece bastante impostado: Ray, un completo perdedor que vive con la ilusión de montar un restaurante italiano con su novia, termina en la cárcel donde conoce a un veterano presidiario que le mostrará todas las claves para sobrevivir en prisión, además de proporcionarle trabajo al salir del talego. Claro que para un hombre con tan mala suerte como Ray, será muy fácil meterse de mierda hasta el cuello cuando, creyéndose el rey del juego, se mete en partidas clandestinas y termina debiéndole dinero a uno de los matones más peligrosos que hayamos visto en el cine español, Mikima (interpretado por el actor porno Nacho Vidal). Y a partir de ahí, a desbarrar a base de bien, a ver si hacemos la burrada cada vez más gorda...
Si, tiene momentos divertidos, ideas originales... pero resulta demasiado guai, demasiado esforzada en resultar lo más moderno de lo más moderno. Y eso resulta falso. Completamente falso. Las peroratas, las frases ingeniosas, las comparaciones originales y la (casi permanente) voz en off del narrador de la historia terminan por resultar tan cargante como inútiles. Un tiro errado, a pesar del loable intento de hacer algo original en el cine español, pero desde mi modesto parecer, Therón tenía que haberse desintoxicado un poco e Guy Ritchie, porque no ha terminado de digerir el monumental empacho que se ha dado para hacer un producto similar, pero con el intento de que tenga acento español.
Críticas de los usuarios
kvengator
"Impávido" no solo marca el debut como director en la pantalla grande de Carlos Therón, sino que además es una pequeña joya. Es el ejemplo más claro de que con poco dinero y mucho ingenio se puede hacer gran cine. Rodada con un presupuesto claramente limitado, solventa de manera espectacular un guion trabajadísimo, aderezado con unas conversaciones ...Leer más
federicocasado
Lo que define a un autor es la originalidad. Esto no quiere decir que innove de manera absoluta: es suficiente que con elementos previos consiga mezclarlos de una manera hasta ahora no vista para conseguir un resultado original, que se separe de la tendencia general. De ahí a "homenajear" ciertas tendencias estilísticas o expresivas (es la ...Leer más