
Insípida gamberrada
Sin spoilers
Aunque se trate de un subgénero bastante extraño y denostado, lo cierto es que existen bastantes películas que mezclen el género del terror con elementos navideños. Normalmente, si se me permite generalizar, suelen tener cierto toque cómico, con el que se critican estas fechas tan señaladas. A la vista está que esto ha sido lo que ha intentado hacer Krampus: Maldita Navidad, pero se ha quedado a medio camino en todos los aspectos.
Max, un niño, a pesar de que ya es mayor, sigue queriendo que la Navidad sea una época mágica, pero la visita de su desastrosa familia le hace perder la fe del todo definitivamente. Tras esto, acudirá un demonio a su casa que les castigará por haber dejado de creer en el verdadero espíritu de dichas fiestas.
Con solventes intérpretes cómicos provenientes de la televisión americana en el reparto, cualquiera diría que el film a tratar sería descacharrante. Sin embargo, el guión no acaba de encontrar el equilibrio entre el humor y el terror en ningún momento. Esto, efectivamente, causa que la película no provoque más que una leve sonrisa en algún momento puntual y, aunque haya tanta nieve y supuesto terror, ni el más mínimo escalofrío. Los guionistas, a pesar de la extravagancia de la cinta, sólo han incluido una escena de extrema locura, que no pega con lo que hemos visto durante el resto del metraje ni está especialmente lograda. Otro tropezón en la terroríficamente sosa carrera de Michael Dougherty, después de la flojísima Truco o trato: Terror en Halloween (2007). Suma y sigue.
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