El terror del lenguaje

Si por convención la comedia suele ser incorrectamente situada por debajo del drama, hay un género que se merece estar en lo más bajo de la pirámide jerárquica del cine: el terror. Esta escisión del thriller cuenta con grandes obras, cargadas de misterio y de preguntas abiertas al espectador. ¿El problema? Que sus irrisorios presupuestos invitan a responder a cada una de esas preguntas con infinitas secuelas que no aportan nada a la cinta original. Por suerte para nuestras neuronas, de vez en cuando llega a los cines una película de terror que merece la pena, cuya ambientación invita a la inmersión y a sentir el horror de los demás en nuestra propia carne. 'La bruja' es esa película. Robert Eggers utiliza el inglés antiguo y el miedo al mal como sus mejores armas. La familia protagonista, totalmente aislada a su suerte en un claro del bosque, ve cómo explotan sus tensiones internas a causa de incursiones demoníacas. El trabajo de Eggers con la cámara es impecable, y esos personajes despavoridos y perdidos en la fe hacen el resto.