Una película para sufrir pero a la vez llena de esperanza

Un melodramón de los pies a la cabeza, en la que hasta el más mínimo detalle está cuidado. Dá verdadero gusto ver un drama bien hecho y con unos actores que consiguen emocionarte, como en este caso me ha ocurrido.

Lo mejor es ver como un tema tan serio como el cáncer y las enfermedades en la infancia se ha tratado de forma tan correcta, me ha parecido estupendo y muy gratificante.

Destacar la música de la película que conecta de lleno con las situaciones y los actores, muy acertados sobre todo en el caso de Cameron Diaz, Abigail Breslin y Thomas Dekker, que para mí es el gran descubrimiento, en una actuación que merece un claro reconocimiento y que da gusto ver.

Cumple perfectamente su cometido y creo que incluso el hacerlo de manera tan brillante le da más brillantez. La combinación del pasado y el presente perfecto, le da mayor ritmo a la película cosa que se agradece en dramas tan lacrimógenos como este.

Creo que nunca está de más ver películas como esta, en las que podemos ver lo mucho que tenemos que agradecer a la vida y que los momentos felices pueden aparecer ante en las mayores desgracias, que la vida es un camino que no es cosa de uno solo y que todo hay que vivirlo plenamente.

Destacable la relación de la protagonista y el otro enfermo, verdaderamente emocionante y real como la vida.