
Vuelta a casa
Sin spoilers
Abrams, director que confirma la realidad de ser el auténtico heredero de esa generación de cineastas que convierten el cine espectáculo en algo más, ha entendido a la perfección las necesidades del monstruo al que le tocaba domar. Muchos se han encargado de criticar a esta nueva entrega basándose en su naturaleza de remake encubierto, algo que, pese a la evidencia de sus múltiples homenajes a la trilogía inicial, no deja de ser un argumento algo superficial. Abrams, tipo inteligente, regresa a los orígenes para dar forma a un artefacto de entretenimiento perfecto, empeñado en recuperar lo que hizo grande a los primeros capítulos de la saga. Los héroes inesperados, el misterio alrededor de un villano que es todo carisma, los golpes de humor, responsabilidad directa de los personajes secundarios, y por encima de todo, la capacidad de capturar el sentido de la aventura y la maravilla. En definitiva, cumplir los objetivos en los que falló Lucas. Por lo tanto, el juego para el espectador no se basa exclusivamente en identificar los guiños nostálgicos, sino sumergirse en una historia que retoma los aspectos fundamentales de la saga para convertir la melancolía de lo viejo en la pasión de lo nuevo. Se sirve de un reparto entregado al máximo, sin distinguir a los novatos, magnífico Adam Driver, encantadora Daisy Ridley y un John Boyega algo excesivo, de los veteranos, con un impecable Harrison Ford al frente. Su Han Solo condensa todas las virtudes de una película consciente de su importancia cultural, que se divierte jugando son su mitología, volviendo al camino conocido, sobrevolando las expectativas. Hay emoción, risas, lágrimas, acción trepidante y perfección técnica en 'Star Wars: El despertar de la Fuerza'; algo más de dos horas que pasan en un suspiro, convertidas en una atracción cinematográfica en la que el fan de toda la vida sentirá que ha regresado a casa, mientras que las nuevas generaciones encontrarán más de decena de excusas para interesarse por el legado galáctico. Ninguna de las entregas anteriores, salvo esa obra maestra que es 'El imperio contraataca', había conseguido llegar tan lejos. Estamos ante un auténtico espectáculo en el que la nostalgia y el respeto de los recién llegados se complementa a la perfección con la inmensa pasión con la que se han enfrentado al reto. Abrams, entrega la dirección más conseguida vista en toda la saga, demostrando talento y pulso narrativo total para que el ritmo jamás se permita un descanso. No podía ser de otra manera. Había que construir un nuevo universo con los restos que se habían ido quedando por el camino. Y lo han conseguido. ¿Lo mejor? 'Star Wars: El despertar de la Fuerza', es simplemente el comienzo. Un excelente inicio en el que todo vuelva a su lugar para terminar siendo algo distinto y apasionante. Lo mismo de siempre, mejor que nunca.
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