
Broche de oro
Sin spoilers
Además de funcionar como cierre perfecto, 'La guerra del planeta de los simios', reafirma de manera definitiva y contundente la coherencia narrativa interna de una trilogía que ha llegado a su final repleta de fuerza, intensidad y cine. Muchísimo cine. Los ecos que encontraba el western clásico en la segunda entrega se convierten aquí en una esencia crepuscular que cautiva a base de silencios y miradas, que te clava en la butaca y te corta la respiración con una sequedad que se combina a la perfección con la emotividad más transparente. Nada de artificios, control total de los recursos, de fondo y forma, por parte de un Reeves inmenso en la dirección. Con escenas realmente memorables, empezando por un prólogo que te sumerge de lleno en la historia sin opción a réplica, 'La guerra del planeta de los simios' bebe y se mimetiza con ese Oeste oscuro y melancólico que el mejor John Ford y el mejor Clint Eastwood convirtieron en género inolvidable, complementando su alcance emocional pisando un terreno bélico que se apodera por completo de su segunda mitad.
Un cambio de escenario, que no de tono ni esencia, que no afecta en absoluto a una historia que, para entonces, ya se antoja sobresaliente. Una intuición que se confirma a lo grande con un clímax final realmente grandioso en el que sobresalen, y mucho, los encuentros entre César, un simio que ya es historia del cine gracias, especialmente, al apabullante talento de Andy Serkis, y el Coronel, magnífico Woody Harrelson. En esos instantes en el que los brillantes diálogos silencian la acción más espectacular, 'La guerra del planeta de los simios' despliega todo su potencial, se eleva por encima de la media, muestra algo distinto y, al mismo tiempo, profundamente clásico. Es cine en estado puro. Por eso, cuando llega su epílogo, emocionante hasta la lágrima, uno tiene la sensación de haber asistido a algo más que a un entretenimiento con el que devorar palomitas. Aquí, desde el principio, había una gran historia y una intención por contarla de una manera concreta y valiente. Afortunadamente, cayó en las manos correctas, por lo que hemos podido disfrutar de una trilogía que ha pasado del notable a la matrícula de honor sin perder su esencia por el camino, sin caer en lo previsible, arriesgando y triunfando en cada una de sus decisiones, entregando cine en mayúsculas. Y 'La guerra del planeta de los simios' es el final que merecía. El mejor posible.
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