Película Aceptable. Adaptación Pésima.

Esta película está basada en el best-seller de Markus Zusak con mismo nombre. Para empezar, diré que cómo película no tiene fuerza ni alma, y que por lo tanto no provoca al espectador afán por saber que es lo siguiente que ocurrirá, sino todo lo contrario, al público sólo le transmite nervios por mirar continuamente el reloj con el único deseo de que finalice la proyección de dicha cinta para poder salir de la sala. Un filme con mucha ambición pero muy lejano de la magnífica obra del escritor australiano, ya que la falta de ideas a lo largo de la película se nota con gran facilidad,( incluso si no te has leído el libro), es cómo si a un puzle le faltan piezas, eso es exactamente lo que le pasa a "La Ladrona de libros" , que no está acabada. Ya se que es totalmente imposible rodar una película basada en un libro y no saltarse ningún detalle, pero lo único que ha conseguido Brian Percival es destrozar una novela. Las razones son las siguientes: 1- Inventa situaciones ficticias que no suceden en libro y que son meras invenciones del director y los guionistas. 2- Dejándose partes importantes por contar. 3- Hay escenas forzadas sin entender el porqué de las acciones que se llevan a cabo, y escenas que deja a medio contar mostrando imágenes de unos cuántos segundos. El otro pecado que comete esta cinta, es el de no tener una mínima decencia, por contar con un buen reparto que salva los muebles lo mejor que puede, pero sin hacer grandes maravillas interpretando sus papeles, por ejemplo, a Rosa ( Emily Watson ) le faltan varios tonos en la voz y unos cuantos bastantes más " saukerls y säumens " a la hora de dirigirse a Hans ( Geoffrey Rush ) y a Liesel ( Sophie Nélisse ), y a nuestra narradora le ha faltado ser más sobrecogedora y fría. La banda sonora es lo excepcional de la película y lo poco que se salva de esta quema debido a la gran belleza de las notas de sus partituras. Lo otro salvable es la fotografía de la cinta, ya que sus planos se muestran llenos de vida en los momentos de alegría y fríos y devastadores en los momentos de máxima desesperación.