Al modo de Hitchcock

No obstante, el deseo de emular a Hitchcock, e intentar calcar muchas de sus sorpresas es demasiado evidente a lo largo del metraje, y en muchas ocasiones puede resultar algo pretencioso -sobre todo en la parte final, donde vemos varios cambios en el sentido de la historia que pueden llegar disgustar bastante al espectador, cuando no hacerlo cabrear por sentirse en mayor o menor medida "engañado" directamente-. Jackman ya nos ha terminado de convencer que es uno de los mayores galanes de Hollywood en el siglo XXI, y que va camino de jubilar en este rol a los Clooney, Pitt y los que se le pongan. Pocos pueden eclipsar la galanura, simpatía y altura (tomaya, rimando y todo...) de este hombre que lo mismo te encaja como mutante salvaje -espera a ver la próxima "Xmen Origins: Wolverine", que vas a alucinar...- que como un aventurero cruzado contra las injusticias, un hacker o un abyecto personaje. Para redondear la tarta tenemos a un Ewan McGregor también esplendoroso, con una capacidad de registros realmente amplia y ajustada al perfil del personaje -aunque por guión, a veces resulte algo increíble...-. Vamos, seamos algo complacientes: es verdad que no es una película perfecta, y a veces casi tenemos que tragarnos de costado muchas licencias, pero ¡es su primer film! Siendo honestos, es un producto correcto, elegante, aunque frio, y sobre todo muy voluntarioso. Quizás deberíamos dar un voto de confianza a este realizador, que confiemos que no haya sido una simple apuesta de un director de encargo, y que después de los interesantes anuncios que ha hecho para Nissan, Toyota, Compaq o Nintendo (este último, del famoso videojuego "Guitar Hero") sea capaz de levantar una carrera como director, con toque propio. Aunque sea al modo de Hitchcock.