Para pasar el rato.

Poco más se puede decir. Además, es lo que se esperaba ¿no? Por eso no es cuestión de hacer un tratado filosófico sobre sus virtudes y defectos. Típica comedieta romática con clichés y estereotipos sobre el verdadero amor, la familia, las cosas que importan, etc... Me irritó el hecho de que se plantée la idea de que, ella cree al principio que él es un pobretón muerto de hambre y, luego resulta ser el más rico de Béjar... y, entonces, ¡¡tachán!! Empieza a mirarle de otra forma...Lamentablemente todo parece indicar que, de haber sido realmente un hombre sin familia adinerada detrás, el pobre no habría tenido ni una oportunidad. Me refiero a que ella empieza entonar con la familia y, a fijarse en él realmente, después de comprobar la pedazo casa que tienen que, son dueños de media ciudad,... Y no es una suposición maliciosa ni torticera. Es que se pasa media hora anonadada, sorprendida y medio idiotizada según va descubriendo los posibles de su futuro marido de pega... Hubiera sido más bonito que, de tenerse que enamorar por exigencias del guión pastelero, al menos, lo hubiera hecho del chico, no del binomio chico+pasta. Ya, ya,... entonces no hubiera sido ¿posible?, ¿creible?...Bueno pero, es que esto es cine. Para mostrar cosas que la gente es capaz de tragar por dinero...ya tenemos el mundo real...Muchas veces en el cine queremos ver precisamente eso...historias de amor que creemos imposible que se den en la vida cotidiana. Cosas que de puro inverosímil, nos hacen soñar e ilusionarnos con lo bonito que podría ser que fuera cierto. Ah, mención especial merece lo estupenda que está Sandra con ya 44 años...