realista y surrealista a partes iguales

Realista en cuanto al retrato de la prepotencia israelí y a la situación de presión y control que ahora mismo se vive en Palestina, realista, asimismo, en cuanto la protagonista siente la llamada de su sangre y decide dejar Brooklyn para vivir en el caos de su tierra, posiblemente idealizada por la distancia.

Surrealista en cuanto a la historia del atraco al banco, de la visita y reclamo de los ahorros y la vivienda de sus antepasados.

Los actores y la banda sonora estan bien y el metraje un poco exagerado para el argumento.