Jugar con la Navidad

El objetivo de una comedia-romántica es conseguir que el espectador sienta lo que está viendo y que de vez en cuando esboce una sonrisa, meta que esta película supera con creces. Esa forma única que tiene Richard Curtis para contarnos sus historias de manera tan especial, que consigue que sus películas sean diferentes de cualquier otro filme romántico, ya que su gran capacidad para sacar de su imaginación historias tan originales como a la vez sentimentales y conmovedoras puede que le acredite como el mejor para realizar cintas de éste género. Todo el larguísimo reparto de esta cinta esta increíblemente bien, desde el jovencísimo Thomas Sangster, hasta el veteranísimo Alan Rickman, incluyendo también las escasas apariciones de Rowan Atkinson (el mejor humorista británico) en la película. En este apartado cabe destacar a tres personas: La primera, Emma Thompson, por hacer la mejor y más brillante interpretación de la película, incluyendo también por tener el papel de más dificultad. En segundo lugar, tenemos a Andrew Lincoln, más conocido por su papel protagonista en la serie The Walking Dead, por hacer creíble su papel con buenas gesticulaciones faciales además de hacer la declaración de amor más romántica que se ha hecho en esta industria que se llama cine, es tan tierna que puede sacarnos unas lagrimillas aparte de producir un sentimiento de envidia en las mujeres hacia Keira Knightley. Y en último lugar, mencionar la actuación de Colin Firth ya que está muy trabajada, incluso le desearemos suerte con el portugués. Lo mejor de todo, es que esta película no busca ser una de las mejores del género, sólo pretende entretener sin saber que podría ser la mejor de su tipo. Para finalizar diré que Richard Curtis se ha ganado este notable alto con mucha originalidad, ya que él es uno de los pocos directores y guionistas que sabe lo que de verdad necesita una película romántica.