
Resumiendo: Todos tienen su época
Sin spoilers
No pienso ponerle nota a ésta película, producto o como queráis llamarlo. Aunque la web coloque un cero punto uno por obligación. Más que nada, porque tanto los detractores como sus defensores, tienen derecho de ejercer su libre albedrío; como su democracia a la hora de elegir y sobretodo: los gustos personales. Dicho esto, debo matizar que hay mucha mala baba de un bando y del otro: los detractores por el insulto fácil, el agravio injustificado o simplemente manía transitoria -fruto en ambos lados de la moda-. Y los defensores, porque en la mayoría de los casos, devuelven esos insultos con igual virulencia, a la par que defienden de una forma ciega algo que parece suyo y, convierten al fenómeno Crepúsculo, en una suerte de catecismo, al cual como si de fundamentalistas de cualquier orden religioso se tratasen. Sabéis que es así. Muy mal amiguetes. Todos.
De entrada, en toda generación ha habido y habrá, modas y fenómenos que marcan a toda una prole. Esos padres, que se quejan ahora, gritaban y saltaban como locos poseídos con Los Beatles, Abba (éstos aún siguen saltando); y tantos otros. Hagan memoria señores. Allá por los ochenta, la moda de los Schwarzenegger, Stallone, Seagal, Van Damme, Willis, Gibson..., encandilaban a toda una masa ávida de cine machote, acción a raudales y chiste varonil; mientras otras babeaban con ser Pretty Woman o enamorarse a lo Ghost. Todo, amigos míos, es lícito. Como los fans de Harry Potter, Spiderman y, ahora, Crepúsculo.
Pero debo aclarar -y aquí, seguro que me lanzan cuchillos-: tan vacía, inoperante, pueril, ñoña, cursi, pedante y pretenciosa, es Luna Nueva, como cualquier bodrio de Chuck Norris o algunos de los que he nombrado. Igual. Solo cambia la época, el momento y la forma, pero el fin es el mismo. Llevo observando a la televisión, como el cine actual de una determinada franja, y debo deciros amigos más jóvenes, que os tratan como imbéciles, sí,sí, no os ofendáis, lo hacen; porque tan solo os manipulan para que seáis fieles a una audiencia o quedarse vuestro bonito y preciado dinero. A cambio, os venden un producto carente de cualquier reminiscencia seria de cine (y aquí si que me permito una chulería, porque de otra cosa no, pero de cine entiendo un rato y, a la postre, me dedico a él). El elenco actoral, se sube a una nube irreal de creer ser buenos, porque nadie les ha dicho lo contrario (y mientras sigan generando pasta que importa...). Bienvenidos a la mediocridad. Cuando un día les pidan que actúen de verdad en algo serio, a más de uno le van a temblar las patas.
Tanto la primera, como ésta segunda entrega, son vacuas. Sé que muchos no lo ven, y que ahora mismo, querrían algunos echarme la mano al cuello, pero va así. Carecen del peso formal, la estructura lógica, la adaptación se parece a un episodio de Física o Química versión vampiros; venden carnaza igual que las pelis horteras que os comenté antes, con nenes guapetones en continua pose de catálogo de moda; efectos especiales de segunda, montaje precipitado y personajes mal interpretados y construidos por parte de los actores. Ya que vas a pagar por algo que te gusta ¿no deseas lo mejor? ¿A qué viene éste atropello y prisas por sacar del horno bollos nuevos, sin son mediocres? Bueno si lo sé, pero es algo más duro que no pienso compartir.
Me gustan las historias de vampiros, con ese trasfondo de lucha interna, amores imposibles, historias desgarradoras, confrontación de mundos, espectros... Disfruté mucho jugando a una trilogía de videojuegos llamada Soul Reaver, que lo siento mucho, pero tenía mejor argumento y su experiencia de inmersión era total; a la par que una historia soberbia, que bien merece una buena versión cinematográfica.
Un servidor aboga por la tolerancia, pero al preguntarme mucha gente por lo que pensaba sobre este sorprendente fenómeno; por fin digo lo que siento. Me parece desproporcionado y nada merecido y, con el tiempo, todo se pondrá en su sitio. Eso si, cuando muchos se den cuenta, a parte de haber crecido, -espero más por dentro que por fuera-, verán que no era para tanto la cosa, puede que incluso alguno se ruborice. Pero para entonces, unos señores hinchados de dinero, tendrán preparado otro timo para los reclutas recién llegados.
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