El pájaro y la jaula

Siguiendo la estética de 'Dogville', Lars von Trier recupera el personaje de Grace para trasladarnos por Estados Unidos hacia otro de los grandes problemas que difícilmente ha podido solucionar el gigante americano.

Grace, ahora interpretada por Bryce Dallas Howard, se presenta como el ángel liberador de una plantación dirigida por blancos y trabajada por esclavos negros. La mujer, llevada por sus ideales liberales de igualdad y no sometimiento, decide actuar e imponer la fuerza de la mafia de su padre para tomar el control del lugar y guiar a sus habitantes en su transición hacia la libertad. Sin embargo, se convierte en una líder déspota, que es obedecida por miedo y no por respeto.

Lars von Trier es, ante todo, un filósofo de la conciencia, que, al igual que otros directores europeos como Michael Haneke, pretende sacar a Occidente de su letargo, mostrándole cómo de patéticas son sus convicciones, meramente románticas, no aptas para ser aplicadas en casos complejos, tan complejos como son las mentes humanas.

A nivel personal, he utilizado la historia de 'Dogville' para hacer algún que otro ensayo académico sobre la justicia y el sometimiento, y del mismo modo me fijaré en 'Manderlay' cuando quiera tratar el problema de la esclavitud, mucho más retorcido de lo que parece.

La escena final me parece sublime, el triunfo del caos, casi al nivel del final de su antecesora. Películas necesarias para derribar la débil moral acomodada que abunda tanto en los países "civilizados".