
Peli de guerra de los años cincuenta, pero con los medios técnicos de 2019.
Con spoilers
Roland Emmerich, experto en mastodónticos espectáculos de dudosa calaña, aquí nos ofrece una peli de cine bélico al estilo clásico de Hollywood.
Compone una peli de los años cincuenta, pero con los medios técnicos de 2019.
Sus personajes resultan ligeramente trasnochados, estereotipos, de esos que hemos visto hasta la saciedad en todas las pelis de este género.
Eso mismo le da un aire nostálgico, clásico, incluso anticuado, pero encantador.
El oficial de inteligencia metódico con su subalterno excéntrico, pero infalible.
El almirante inflexible.
El piloto chulito que mastica chicle, con esposa que la apoya en todo.
La rivalidad entre oficiales, pero con un fondo de amistad.
El soldado con dudas que cumplirá con su deber.
El novato que la casca y hace sentir culpable a su superior.
Muchos tópicos que funcionan como referentes de este género.
Pero Emmerich rueda de manera apabullante sus batallas, que lejos de ser confusas son didácticas. Por una vez dejo de ver tiros en el aire y caras de pilotos y veo la contienda y comprendo cuando fallan y cuando aciertan y hunden un buque.
Además le da la dosis suficiente de heroísmo, mezclada, pero no agitada, a la acción para que sea emocionante.
Tal vez no lo pretendiera pero Roland ha compuesto un clásico de batallas navales actual y moderno.
Mi puntuación: 8,03/10.
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