Porque hacer una buena película de Misión Imposible, es posible.

Jamás vi Misión Imposible. Ni la primera ni sus consiguientes y decepcionantes secuelas (según las críticas leídas). Por ello nunca tuve en mente ver esta saga pero en cuánto escuché la noticia de que esta cuarta entrega era sin duda la mejor de todas y que por encima estaba dirigida por el gran Brad Bird, aclamado director, creador de Los Increíbles o El gigante de hierro, sin duda alguna me decidí a ir a verla y tal fue mi sorpresa que hasta el propio Cruise me convenció. Una película muy bien presentada, que no insulta el intelecto del espectador, conllevando un guión sólido y convincente acompañado de unas actuaciones más que correctas, "Todo quedaría en la nada si la acción no fuera nada más que una sucesión de efectos especiales y acción sin más, pero el guión está suficientemente trabajado y los personajes igual", exactamente usuario filmaffinitero, la mayoría de las actuales películas comerciales que se sacan, tienden a estar más trabajadas en los efectos visuales y en la acción que en la profundidad psicológica de los personajes, dando como resultado a unos personajes planos y tópicos que además de afectar a la película, afecta a los propios actores, incapaces de enfrentarse a tan soso guión. En Misión Imposible: Protocolo Fantasma, esto no pasa y en ello reside que funcione tan bien. Curioso es el renacer de una saga que parecía estar más que muerta, ¡así desde luego que se admiten secuelas!