Superhunt

Nadie se sorprenderá si digo que está película está pensada para el lucimiento de Tom Cruise; muchos, incluso, lo llevaban diciendo desde que la primera entrega de esta saga vio la luz. No obstante, nunca me había parecido tan necesario dejarlo claro como en esta ocasión.

No puedo evitar comparar este film con la excelente primera parte que nos brindó en su momento Brian de Palma; una obra con unos personajes más o menos sólidos y una trama elaborada, que aún a día de hoy resulta un entretenimiento más que disfrutable. Uno de los aspectos que más me atraían de esta primera parte era el personaje de Ethan Hunt, un hombre que aún y ser capaz de todo, tenía sus puntos débiles y era totalmente consciente de qué se estaba jugando el pellejo. En esta entrega en cambio, ya sea por el trabajo del propio Cruise o el de los guionistas y el director, el protagonista carece de alma; nos es presentado como un superhombre cercano a Superman que, por poner un ejemplo, puede escalar un edificio de cristal con tan sólo unos guantes que se adhieren a cualquier superficie (eso cuando funcionan!), sin apenas despeinarse. Aunque hay varias escenas disparatadas de este tipo, lo que más sorprende es la confianza de Hunt, que en todo momento se las ingenia para convencernos de que nada en absoluto supone un verdadero peligro para su vida. Por si eso no fuera suficiente, los responsables de esta película intentan cubrirse las espaldas añadiendo con calzador algunos detalles sobre la vida personal del personaje, que además de no aportar nada al desarrollo de la acción, no resultan para nada interesantes.

Punto aparte merecen los secundarios; que, sin ofender, parecen sacados de una película de Johnny English; son ineptos, poco profesionales y, por si fuera poco, nada carismáticos.

Hay que añadir también que las estrategias planteadas por los agentes, resultan muy básicas por lo extremadamente sofisticados que son algunos de sus artilugios; por lo que en ocasiones las situaciones pueden parecer al espectador un poco disparatadas; y recordarle, a la vez, que Brad Bird fue en el responsable de Los Increíbles. En mi opinión, este tipo de humor era valor positivo en la película de Pixar; pero no creo que una saga más o menos seria como esta haya lugar para esto.