Las chicas son guerreras

Nicholas Stoller, que ha tenido una de las carreras más irregulares de Hollywood en cuanto a comedia moderna se refiere, vuelve para explotar su exitazo Malditos vecinos en forma de secuela. No sé si segundas partes nunca fueron buenas pero, en este caso, sí que son peores.

En la continuación que tratamos, Mac y Kelly quieren vender su casa para comprarse otra más grande, pues esperan otro hijo. Pero van a tener un grave problema, y es que una fraternidad se instala en la vivienda de al lado. Para ahuyentar a las chicas, deberán contar con la colaboración de su antiguo archienemigo: el musculado Teddy.

Su primera parte (que recuerdo tenía un tráiler horripilante que daba pie a pensar lo peor) sorprendió a base de bien, con su renovado espíritu de nueva comedia americana y chabacanería ingeniosa en su cierta medida, y se convirtió en, prácticamente, la mejor comedia del año 2014. Era muy difícil repetir la fórmula, pero así lo han hecho. Y sí, sus chistes y gags de humor físico siguen funcionando en mayor o menor medida, pero ese es precisamente el problema: no hay prácticamente variación alguna. Es casi todo lo mismo, aunque con un grupo de "villanos" mucho menos carismáticos y una esencia que se encuentra algo perdida. La alianza entre Seth Rogen y Zac Efron es de ensueño, pero le faltaba algo más de garra a una saga gamberra que, por alguna extraña razón, ya no lo es tanto.