Para apagar la mente y disfrutar

Yo soy de los pocos que disfrutaron con la primera 'Ninja Turtles'. El reboot de Las Tortugas Ninja era una aventura de acción con todas las señas de identidad de Michael Bay (que produce la franquicia, aunque no la dirige): acción desenfrenada, humor tonto, chistes malos y sobredosis de CGI. Pero a pesar de esto, la disfruté por su aire desenfadado y desprovisto de pretensiones. De vez en cuando apetece (al menos a mí) un producto con el que poder desconectar por completo (siempre que cumpla la regla indispensable de ser entretenida) y 'Ninja Turtles' me ofrecía justo eso, ni más ni menos.

Su secuela, 'Ninja Turles: Fuera de las sombras' sigue la misma línea y es otra aventura casi de dibujos animados que reproduce el espíritu de la serie de los 90 pero con el estilo del blockbuster actual. No es una película memorable, pero tampoco pretende serlo y no engaña a nadie. Y ahí está la gracia, que se muestra tal y como es, bobalicona, despreocupada, alocada. Quizá si se hubiera tomado más en serio a sí misma, el resultado habría sido peor, porque no nos engañemos, la rocambolesca historia de las Tortugas Ninja no está hecha para contarse de otro modo.

'Fuera de las sombras' es una secuela de manual y además se acerca al cine de superhéroes actual. Tiene más acción, más efectos, más set pieces, más nostalgia, e introduce más personajes, como los que se quedaron fuera de la primera entrega: Krang, Rocksteady y Bebop (estos dos últimos bastante ridículos). Por lo demás, mantiene el espíritu de la anterior, por lo que, si uno va a ver esta después de haber visto la primera es porque sabe lo que se va a encontrar. Y en ese sentido, 'Ninja Turtles 2' no defrauda. Gustará sobre todo a los niños (a los que se dirige principalmente) y a los niños grandes a quienes la primera les hizo el papel. Un poco de comida basura de vez en cuando no hace daño.