'No se aceptan devoluciones': Irregular película feel-good

El debut de Derbez como realizador contiene varios puntos a favor: Película familiar, comedia blanca con claro tono feel-good, un nombre reconocido dentro de la comunidad hispana estadounidense y una fuerte carga social donde dicha comunidad sabrá conectar. Con todos esos condimentos resulta raro que un filme que hubiera sido redondo en su sencillez se convierta en puzzle con las piezas mal encajadas.

Porque la premisa era interesante y, sobre todo en los dos primeros actos, la cinta cumple con las expectativas iniciales. 'No se aceptan devoluciones' ofrece una imagen familiar y he aquí su principal problema, que la película desea ofrecer algo más. Ahí es cuando el film decae. Su trama inicial en la que hay cierta crítica sobre la situación de los inmigrantes hispanos se vuelve difusa cuando reaparece la madre de la pequeña. El guion, en su deseo de innovar, da giros imprevisibles para mantener al espectador en vilo y que no se aburra. El problema con esos giros es que convierte a la cinta mexicana en un cúmulo de situaciones excesivamente emotivas, incluyendo un final demasiado trágico para la temática de la cinta.

Sin embargo, la película consigue salvar los muebles con las actuaciones principales. Eugenio Derbez demuestra que sus 30 años de experiencia en la comedia hacen que su interpretación de Valentín recuerde a ya los clásicos personajes masculinos de Woody Allen o las actuaciones de Dany Boon o Roberto Benigni. Derbez trae consigo la comedia, consigue no forzarla y sabe utilizar los estereotipos para jugar a su favor. Lo que sí es un descubrimiento es la debutante Loreto Peralta; la pequeña que interpreta a Maggie, la hija de Valentín. Hay que acordarse de su nombre, sobre todo para el futuro.