Posiblemente mi thriller favorito desde Prisioneros

No había visto el tráiler, tampoco había leído muchas críticas y aún sigo sin ver la anterior obra de Tom Ford por lo cual lo único que hizo que la viese fue el reparto que normalmente no me han decepcionado ninguno de los actores que la forman y efectivamente y sorprendentemente me resultó un thriller muy oscuro psicológico y con grandes actuaciones como era de esperar. Tom Ford rueda con pulso y da personalidad a la cinta creando una atmósfera envolvente con unos personajes realmente inquietantes como el de Aaron Johnson que desde que salí de la sala supe que su actuación al menos le daría alguna nominación a premios cinematográficos. Michael Shannon también fue otro de los secundarios que con su carisma y humor negro se ganó al personal que está escribiendo esta crítica entre otros. Una cinta sucia, quizás carente de originalidad en lo que al desarrollo se refiere pero que lleva un mensaje impostado en ella aparte de la venganza, y es la redención. Amy Adams dota desesperación y depresión a un personaje frío y triste que busca consuelo en una novela que lo que la hace es volverla aún más loca de lo que aparentemente parece. Gyllenhaal no voy a decir que no estuvo bien antes porque cada vez que actúa realiza un registro más diferente y complejo que el anterior. La banda sonora brilla por su ausencia en algunos premios y debería darse más a conocer porque envuelve en la trama y sobretodo en el último acto llega a emocionar y formar parte de ella al igual que la desoladora fotografía. Finalmente he de decir que salvo los títulos de crédito que incomodan bastante he de decir que es una película fresca, absorbente y muy perturbadora y esa sensación no la tenía desde hace tres años con Prisioneros de Denis Villeneuve. Quizás Ford sea otro Villeneuve/Fincher más al que seguir el rastro porque sabe crear y adaptar historias que dejan al espectador boquiabierto. La considero no solo de lo mejor del año sino de los mejores thrillers de este siglo. Fabulosa.