
Y ya van tres
Sin spoilers
Y ya van tres.
Steven Soderbergh y sus amigos vuelven a reunirse en esta nueva entrega del remake de La cuadrilla de los once, una de las producciones más rentables de los últimos tiempos en la que robos, glamour y, sobretodo, humor, se unen para confeccionar un cóctel explosivo dispuesto a dinamitar las taquillas de todo el mundo.
Sin duda alguna, la pregunta que tanto crítica como público nos estamos haciendo es: ¿era necesario?
Probablemente no.
Pero, en su defensa, hay que reconocer que la fórmula sigue funcionando, a pesar de que la película resulta ser un calco descarado de sus dos predecesoras.
Ocean's thirteen vuelve a centrarse, cómo no, en un nuevo robo por parte de Danny Ocean (George Clooney) y sus amigos. ¿El motivo? Arruinar al magnate Willy Bank (Al Pacino), el cual ha engañado a Reuben Tishkoff (Elliott Gould), uno de los miembros originales del grupo.
En esta ocasión el grupo formado por George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon y compañía deberá enfrentarse a un nuevo enemigo, Al Pacino y su ordenador Greco, al mismo tiempo que deberá recurrir a antiguos enemigos como Andy García para salirse con la suya: nuevos obstáculos, nuevos métodos, nuevas historias... En resumen, nuevas variaciones de un mismo puzzle.
Pero, como decía algo más arriba, la fórmula funciona.
Descaradamente concebida para entretener al personal, Ocean's thirteen es un producto divertido, ameno, con los mismos chascarrillos de siempre, con idéntica metodología, y cuya baza principal se reduce a incorporar nuevas estrellas en su reparto.
Un blockbuster, vamos.
Pero Ocean's Thirteen, por extraño que parezca, sobretodo si tenemos en cuenta la escasa originalidad y calidad de las terceras partes con las que las multinacionales norteamericanas nos bombardean cada fin de semana, continúa rezumando frescura por cada uno de sus poros: puede que Soderbergh haya encontrado la fórmula perfecta, o puede que, simplemente, semejante elenco de actores se lo pase bien trabajando conjuntamente.
Eso es algo que tan sólo ellos saben.
Con unas interpretaciones que no son nada del otro mundo pero que resultan más que suficientes para dinamizar la película, con constantes gags humorísticos más o menos afortunados, y con cierto mensaje presuntamente solidario e inocentemente crítico con la desigualdad económica que impera en nuestra sociedad, Ocean's thirteen es bastante mejor que su predecesora, aunque no alcanza ni de lejos los niveles de Ocean's eleven, que tampoco es mucho pedir. Mención aparte merece el doblaje de Al Pacino, bastante desafortunado, y cuya interpretación resulta muy poco explotada, al igual que la de Andy García. También añadir que ciertos recursos, como el del terremoto (no digo más) resultan demasiado estrafalarios y poco creíbles, pero ese es uno de los inevitables riesgos que se corren al pretender rizar el rizo.
Resumiendo: más de lo mismo, pero consigue hacernos pasar un rato entretenido.
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