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Crítica de 'Origen'

De stanley

11 ago 2010

8,0

Sin spoilers

La "Inception" (implante), nos lo han hecho a nosotros todo este tiempo hasta llegar el film a las carteleras. Durante meses "ésa idea" ha germinado e incluso perturbado nuestra mente de espectador: todos queríamos verla. Los responsables, llámase director, productores y compañía, se han encargado de orquestar una campaña viral de marketing mundial, a fin que ningún bicho viviente se quedase sin saber algo de ella: igual que Matrix. La frase de esta última rezaba: ¿Qué es Matrix? La zanahoria puesta ante nosotros; Inception: "La mente es la escena del crimen", que una vez vista, te percatas, que crimen propiamente en sí no se produce...

Vaya por delante mi respeto y admiración por el cine de Nolan. No es fácil con la que está cayendo que un estudio invierta en una obra poco dada al gran público, saturado este último tiempo con remakes innecesarios, secuelas extenuantes y productos pueriles que obligan poco o nada a la masa gris del cerebro de la platea. Por eso, "chapeau" por Nolan, por conseguir tal hito ofreciendo un producto taquillero con ínfulas intelectuales, aderezado con toques de acción, thriller y espectáculo; sin olvidarnos que dura 150 minutos, verdaderos quebraderos de cabeza para las productoras expertas en cortarles metraje a los directores. Por todo ello y, porque, aparte de un par de títulos independientes muy buenos, que no debiésemos olvidar que están ahí, -a pesar que muchos claman a los cuatro vientos que Origen es lo mejor del verano y año-, Nolan se ha salido con la suya con nota.

No puede ocultar que desea que su cine sea tildado de "autor", que más allá de la pirotecnia, los millones invertidos, sus repartos de lujo e historias distintas, se le reconozca una impronta propia. Y desde luego que lo ha conseguido. El inglés, un tipo listo, se ha situado en el mismo corazón de la meca del cine, jugando a sus reglas un tiempo para luego asestar su golpe de efecto: tener la mejor maquinaria para trabajos más personales. Eso no quiere decir que las películas de encargo no lo tengan, pero es distinto, es adaptar la obra de otro.

Tras el merecido éxito del caballero oscuro, Nolan se permitió el lujo de decirle al estudio que habría "Batman 3" si antes salía Origen. La taquilla le acompaña; las futuras aventuras del señor de la noche son esperadas como agua de mayo y, el regreso de Superman, en cuyo libreto trabaja alguien muy a tener en cuenta: su hermano Jonathan Nolan, artífice en la sombra del éxito del hombre murciélago, nos hace presagiar un futuro inmediato inquietante.

Yendo al film, lo primero que molesta es el cambio del título en español: "Origen" no traduce el ideal original: Inception es implante.

Iré por partes:

HISTORIA/GUIÓN: Como historia, sobre el papel, Inception funciona como una idea brillante, estimulante, llena de posibilidades e inconvenientes. No niega claras influencias del cine de otros, ni relatos con temática similares con toque propio. Ahora bien, como guión final, el film tiene serios problemas en algunos tramos cogidos por los pelos (todo lo referente al Limbo; incoherencias como las drogas profundas para engañar al oído interno y no despertar, pero en el tercer nivel del sueño se oye la música...). Aún así se sostiene bien, no está mal estructurado, la cosa resulta. Pero en el global, en mi humilde opinión está por debajo de la idea original. Nolan es un mago, sabe colarnos en su universo, de tal modo, que quieres seguir hincándole el diente a su propuesta. Pero por el camino se deja unos personajes poco definidos. Apenas sabemos nada del resto del equipo de Cobb. Tienen personalidad -gracias en parte al trabajo actoral-, pero el tono es frío y distante. A diferencia de Matrix, con la cual la comparan continuamente, los personajes están definidos, llenos de matices y connotaciones -inclusive el inexpresivo Keanu Reeves cumplía perfectamente-. Repite esquema de ser un mundo de hombres, donde las mujeres son los personajes más secundarios y por norma más desaprovechados. El guión de los Wachowski, también lleno de referencias a lo largo y ancho de la historia, creaba un universo único, turbador, ofreciendo una metáfora filo-existencialista al siglo XXI.

Nolan no puede engolar la voz y se lía en explicar una trama deliberadamente sesuda, para ocultar la linealidad general del film, jugando con el flashback, secuencias argumentales paralelas y el thriller noir. Intenta conducir al espectador de la mano demasiado en ocasiones (véase las escaleras con la paradoja en el sueño: Arthur debe decirlo antes de arrojar al enemigo por el hueco, no sea que alguno no estuviese atento en la instrucción). Es un buen guión, arriesgado, pero no de obra maestra.

ACTORES: El reparto cumple holgadamente, a pesar de los pocos matices disponibles; a excepción de DiCaprio, que es quien carga con todo el peso de la función. Quizá su culpabilidad e intentos de redención (necesarios por otra parte), sean a ratos tediosos y pretenciosos en sus diálogos, sobretodo con su mujer Mal.

Achaco cierto exceso de juventud en el conjunto. DiCaprio es cada día mejor actor, pero al igual que en Shutter Island (otro film de sueños y realidades fingidas), se esfuerza en que no se le note su cara aniñada, frunciendo el ceño cada vez más. Nolan ha apostado por atraer público de distinta índole: si su guión puede tirar atrás a algunos, quizás los recuperemos con estos chicos tan guapos y famosos.

Marion Cotillard, siendo una estupenda actriz, parece estar tan perdida como su personaje, y no se la ve cómoda en ningún momento; Nolan no aprovecha todo su potencial, y por supuesto, no es ni de lejos el Agente Smith del sistema que era Hugo Weaving.

Con Ken Watanabe se han empeñado que en nuestro país no se le entienda un carajo. Pero ¿a qué viene esa porquería de doblaje con acento de gangoso ruso? Y Cotillard déjala ir también, con la voz de saldo...

FOTOGRAFÍA/PUESTA EN ESCENA:Wally Pfister, director de fotografía habitual de Nolan, vuelve a dar su pátina particular de realismo sofisticado a los mundos oníricos de éste. Todo es físico, palpable, a lo que contribuye la exquisita puesta en escena donde todos los detalles son cuidados con mimo. Trajes impolutos, hoteles y edificios minimalistas, salas de toque oriental lujosas, etc. El uso de cámaras de alta velocidad está muy bien insertado sin cansar.

BANDA SONORA: Hans Zimmer es un excelente músico, y la historia reciente del cine no se entiende sin sus composiciones. Tiene partituras muy bellas y audibles, pero también le puede la pirotecnia y el exceso. En Origen tiene una mezcla de todo: tramos suaves, armoniosos, contemplativos que adornan sin molestar, en detrimento de otros ruidosos, machacones que molestan el seguimiento de las imágenes, a excepción de Mombasa, que su ritmo trepidante ayuda en la huída del protagonista. En el clímax final el score es utilizado intencionadamente para acentuar la concatenación de los hilos argumentales, ante la ausencia de algo de fuerza, sobretodo en la escena del padre moribundo en la cama, previsible previo implante y que va in crescendo con el devenir del equipo de Cobb. Acertado es el estilo de western electrónico de la propuesta.

MONTAJE/EFECTOS ESPECIALES: Suelen ser muy buenos, aunque en ocasiones adolezca de refritos de otras tomas, a modo de relleno como ya se vio en el caballero oscuro. Aquí es menos, y se nota el esfuerzo en seguir la historia con los ojos de espectador. Y aquí hago un alto: Nolan no están tan dotado para las escenas de acción, no lo digo por moda, es real. He leído comparaciones con Michael Mann y siento decir que no señores, Heat, y su secuencia del atraco al banco a tiro limpio por la calle es impecable y soberbia. En Origen, la de la ciudad está hechas a retazos sin mucha continuidad y algo mareante en sus planos cámara en mano, aunque lo del tren es un detalle brillante. Pero falta de garra, al igual que la de la nieve, que más bien parece de un videojuego, sin mucho atractivo. Aquí también gana por goleada Greengrass y su Jason Bourne.

Los efectos son excelentes, aunque breves, como en Matrix, están al servicio de la historia, la completa, nunca toman el protagonismo. Aquí es digno mentar el pasillo y los duelos ingrávidos, que tan buenos recuerdos nos traen de una estación de metro con un tal Neo y Smith.

En conclusión, el tiempo dirá si realmente Origen ha ocupado un lugar en la historia del cine en cuanto a ciencia ficción se refiere. Méritos no le faltan. Es un producto adulto que se toma en serio a sí mismo, cosa que no ocurría con Avatar, pero ésta venía con un padre muy fuerte llamado James Cameron, y una revolución bajo el brazo llamada 3D. Es de agradecer que Nolan no haya caído en tal artificio para contar su epopeya. Pero los seres azules parecen haber calado en el ideario colectivo mucho más. Memento, Insomnio e inclusive El truco final, son films poco conocidos y más bien seguidos por admiradores y cinéfilos.

Origen ha conseguido tenernos durante unos meses con el gusanillo interno de desear que llegase, como las películas grandes de antaño. Aunque tenga sus similitudes con otras obras, es un producto con sello y estilo propio; un film con muchos detalles y capas que no debiera juzgarse a la primera, sino tras un par de visionados. Dejarse seducir por el canto de sus sirenas hasta que el Dios Morfeo formule sus palabras: Bienvenidos al mundo real...; o quizá no...

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