
Sueños, espionaje y amor desesperado
Sin spoilers
Confieso que visto dos días seguidos esta película para que no se me perdiera ningún detalle. Esto tiene una connotación positiva: no me ha importado lo más mínimo volver a pasar por la taquilla y meterme de nuevo en el intrincado galimatías en el que nos introduce Nolan. Y otra negativa: A veces uno tiende a pensar cuando no se entera del todo de una película, que se trata más de una carencia del propio coeficiente mental que de la capacidad del director de plasmar en imágenes un guión tan laberíntico y lleno de ramificaciones como el que aquí se nos propone. Que cada uno piense lo que quiera de su inteligencia, la mía la considero en buen estado.
Por cierto, que su título original, "Incepcion" responde mucho mejor a la idea de la película. ¿Qué mente preclara, hablando de coeficientes mentales, ha decidido traducirlo por Origen y no por Implante, que es un título totalmente definitorio de lo que vamos a ver en las más de dos horas de la peli?
Tantos diferentes niveles oníricos narrados en paralelo hace que el ritmo decaiga en algunas escenas, aunque el montaje, rápido que no frenético, logra paliar estos pequeños bajones. Para mi gusto a toda la historia de la fortaleza-hospital en mitad de la nieve le falta ritmo y le sobran tiros.
El mérito principal de esta película es que Nolan consigue camuflar en medio de un hábil e intrincado laberinto de sueños dentro de sueños y de sofisticados y oníricos espionajes industriales, una historia de amor tremenda, más allá del tiempo y de las leyes físicas, un amor desbordado e irracional que acaba determinando el complejo devenir de la historia y nos deja un final ambiguo (si la escena hubiera durado 3 segundos más ¿se hubiera caído el totem?). En este sentido el personaje maléfico y desesperado de la mujer de Leonardo Di Caprio es soberbio, un acierto mayúsculo del guión que Marion Cotillard borda.
Nolan te va contando las claves para entender las "leyes físicas" del mundo onírico de la película en diálogos rápidos de los protagonistas, con lo que conviene prestar la máxima atención a todos las conversaciones. Si no es así, como me pasó a mí en el primer visionado, uno puede perderse con determinadas acciones del equipo caza-implanta sueños (lo de las sincronías entre las múltiples "patadas" de los sueños paralelos, todo lo que tiene que armar el personaje de Arthur en el ascensor con su legión de durmientes)
La película tiene una música espléndida. Hans Zimmer logra acompañar la acción dándole aires perturbadores a base de sonidos graves y trepidantes.
El montaje es muy bueno, fundamental en una historia tan compleja como esta.
Y por último la interpretación. Di Caprio se sale, como casi siempre, Marion Cotillard espléndida. Todos los personajes masculinos dan bien el tipo. Sólo pincha Ellen Page. El montaje no ha conseguido suprimir algún ataque desaforado de parpadeos de la jovencita en algún principio de escena, pero nada grave que unas cuantas películas y años más no consigan corregir.
Ah, y para los que dicen que Origen se parece a Matrix. Nunca he logrado entender el aura mística de Mátrix, una serie de emplastos ya vistos en un montón de películas anteriores y mezclados a camara lenta. Origen, a pesar de sus irregularidades, destila más cine que toda la trilogía junta matrixera con su pretendido aire trascendentalista.
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