Solo la aparición del oso salva la película

Cuando uno va al cine a ver este tipo de películas, ya te expones a lo que vas a ver, y del calibre de calidad que eso impone; por eso es mejor dejarse llevar sin prejuicios y desconectar para pasar un buen rato mientras ves una básica comedia de terror.

Los diálogos son vacíos, y el guion se ha llevado a la comedia, prácticamente cuenta una parodia de unos acontecimientos que ocurrieron en Estados Unidos en 1985, su directora Elizabeth Banks ha sabido darle la vuelta a la historia, y llevar a lo cómico y casi hilarante diría yo de aquellos hechos reales. Por eso mismo la ficción está más que presente, y situaciones irrisorias y disparatadas tenían que suceder ante un oso enamorado de los fardos de cocaína.

Ni siquiera el actor fallecido Ray Liotta salva el calibre interpretativo, todos los momentos álgidos e interesantes se producen cuando el oso entra en acción, lo demás es ornamental donde se acompaña a una historia real bastante histriónica. Como momento memorable sin lugar a dudas es la secuencia de la ambulancia, y lo digo porque aparece en su trailer principal, es lo más vibrante de esta película.